Las reacciones en Extremadura a la propuesta de Solbes fueron desde la cautela del presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, hasta la crítica abierta por parte del presidente regional del PP, José Antonio Monago.

De este modo, Vara indicó que en el documento hay "cosas que me gustan más, otras menos y otras nada", aunque agregó que solamente se conoce un planteamiento básico "para discutir ahora a partir de ahí". El presidente extremeño recordó que ya dijo que "nuestro sí o nuestro no dependerá de que conozcamos el modelo en toda su extensión, y cuando veamos cómo queda la financiación de Extremadura".

Del lado positivo, destacó que se establezcan como principios la suficiencia y la solidaridad, y que se hayan introducido en la propuesta cuestiones planteadas desde la Comunidad Extremeña, como la dispersión o el envejecimiento.

En el lado negativo, aludió a "términos que pueden llevar a confusiones". Entre ellos citó que se use la nomenclatura de esfuerzo fiscal, y afirmó que ese esfuerzo "es exactamente el mismo en toda España, lo que varía es la capacidad fiscal por los niveles de renta". También apuntó que hay cosas "que no me gustan nada, pero prefiero reservarme para las negociaciones". Entre ellas podría estar la división del fondo de suficiencia en dos, uno para servicios denominados fundamentales --educación, sanidad y asistencia social-- y otro para el resto de competencias transferidas. Esta división, exigida por Cataluña, ya fue rechazada en su día por el consejero de Hacienda, Angel Franco, al indicar que todos los servicios deben ir en el mismo paquete y con el mismo nivel de seguridad en su cobertura.

Mientras, Monago criticó que se reduzcan al 10% las transferencias del Estado, lo que perjudicaría a Extremadura por tener menos habitantes, menos tejido industrial y menos renta, lo que condiciona sus ingresos propios. "La tarta es la que había, pero los trozos se han repartido de otra forma, dando los más grandes a las regiones más ricas, mientras el Estado, que era el que repartía, se ha quedado con un trozo tan pequeño que su papel nivelador será muy limitado".

El líder del PP acusó al Gobierno de Zapatero de deslealtad con las regiones y de ceder a los chantajes nacionalistas "primero con las balanzas fiscales, que salieron adelante pese al mandato de la Junta, y ahora intentando aprobar un nuevo modelo con rapidez para cumplir los deseos del tripartito catalán".

Según Monago, "Extremadura no puede permitir que se dirija el futuro financiero de todo el país desde el tripartito", y reclamó que el presidente de la Junta "no nos defraude y nos deje que finalice el año con tan mala noticia, permaneciendo impasible".

Las posturas de uno y otro servirán de base para el futuro debate en la Asamblea, que casi con toda seguridad inaugurará el curso político, ya que el presidente de la Junta se comprometió en el pleno del lunes a que el documento de financiación pase por el Parlamento regional antes de que el Ejecutivo extremeño marque una postura, con el fin de intentar llevar a la negociación una posición común.