La sede regional del PP en Mérida, sufrió un ataque a primera hora de la mañana de ayer, cuando varios individuos sin identificar --un vecino declaró que las roturas de cristales fueron casi simultáneas-- arrojaron adoquines contra las ventanas y el letrero de la fachada.

En total, la Policía Nacional, alertada por una llamada anónima minutos después de las seis de la mañana, encontró ocho adoquines en el interior de la sede, que rompieron otras tantas ventanas de los despachos que normalmente ocupan el presidente del PP, Carlos Floriano; el secretario regional, José Antonio Monago, y el gerente del partido, Teodoro Fuentes. Además, el letrero de la fachada quedó destrozado, y en la puerta del garage aparecieron pintadas con el No a la guerra , Aznar asesino firmado UGT y CCOO , y populares subnormales .

Nada más conocer el suceso, Carlos Floriano acudió a la sede y señaló que "no quiero las condolencias de PSOE e IU, sino que pidan perdón por criminalizarnos". Responsables de PSOE, IU y UGT condenaron el ataque, aunque acusaron al PP de seguir una estrategia de victimismo.

Tras poner la correspondiente denuncia en comisaría, el presidente del PP manifestó que "si socialistas y comunistas, Zapatero y Llamazares, Ibarra y Cañada nos criminalizan y nos insultan, nos tachan de asesinos de niños, de terroristas, en la propia Asamblea (en referencia a la portavoz del PSOE, Lola Pallero) ¿por qué no va a haber alguien que tire una piedra?"

El lider popular indicó que "socialistas y comunistas quieren sacar votos de la guerra", y agregó que "nunca se ha vivido en la democracia un acoso tan generalizado". Floriano advirtió de que "pese a todo, seguiremos defendiendo nuestras ideas, y trabajando por la paz y la convivencia".

Además, comentó que "no quiero que PSOE e IU lo lamenten, ni pirómanos metidos a bomberos, quiero que quienes nos han acusado de criminales, de hacer una guerra para beber la sangre de los muertos (en referencia a Rodríguez Ibarra) pidan perdón ante la opinión pública".

Desde el PSOE, su vicesecretario regional, Federico Suárez, condenó el ataque, aunque acusó al PP de tratar de usar estos actos para "poner una mordaza" a las protestas contra la guerra, dentro de una estrategia para desvirtuar es movimiento.

Por IU, su coordinador, Manuel Cañada, también lamentó el suceso, pero calificó de "obsceno" que el PP culpe a PSOE e IU de alentar este tipo de actos.

Por último, UGT rechazó el ataque y apuntó que "no puede responsabilizarse a la Plataforma contra la Guerra, que no ha participado ni lo hará jamás en semejantes términos".