El palacio municipal vistió ayer su mejor presencia para el acto de toma de posesión de la nueva corporación y del alcalde, gracias a los preparativos que desde hace semanas ultimaba el equipo de protocolo: alfonbra en el recibidor y en las escaleras de subida; pantallas de televisión para seguir el acto desde fuera, nuevos asientos, flores rojas y amarillas muy españolas y, por supuesto, los concejales vestidos para ir de boda, sobre todo ellas y, entre ellas, las ediles del PP y las esposas de los ediles del PP.
La excepción de la regla era el concejal de IU Manuel Sosa, en mangas de camisa y el pin de la bandera republicana. Ni siquiera se acercó al vino español que el ayuntamiento ofreció después en el claustro del convento de Santa Catalina porque, según dijo "yo no participo en actos protocolarios pagados con dinero público". Se perdió el jamón y el salchichón ibéricos, los canapés de salmón y paté, el queso y las huevas de a saber qué pez.
MACEROS
Para bien vestidos los dos maceros que tuvieron que soportar las elevadas temperaturas sin rechistar, ataviados con el traje de terciopelo. Entre las autoridades invitadas al acto no faltaron los mandos militares, el cronista oficial, Alberto González, la subdelegada del Gobierno y el arzobispo. Había una silla vacía, pero el motivo era que se colocó para cuadrar las filas del centro del salón. Entre el público, muchos familiares que aplaudían.