Una vez más, las asociaciones de víctimas del terrorismo afrontan divididas el anuncio de alto el fuego decretado ayer por ETA. Mientras para unas supone una puerta abierta a la esperanza, otras consideran que se trata de una trampa. Aunque todas lamentan que la banda no mencione la entrega definitiva de las armas y solicitan que toda la fuerza de la justicia siga recayendo sobre los etarras.

La agrupación mayoritaria, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), fiel a las tesis del PP, rechazó el comunicado etarra porque supone una "trampa y un chantaje", según su presidente, Francisco José Alcaraz. Para él, la tregua está condicionada a la legalización de Batasuna, a una consulta popular en el País Vasco y a que "no se siga presionando policial y judicialmente a ETA".

Alcaraz puso como ejemplo la petición del fiscal general del Estado a los jueces para que "valoren la nueva situación" en sus decisiones. En un comunicado, la AVT predijo que la banda volverá a matar y afirmó que ese día "cada dirigente tendrá que ser consciente de la ayuda que ha brindado a los asesinos cuando se encontraban en el peor momento de su historia".

INTERLOCUTOR POLITICO En la misma línea se manifestó el presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa, quien calificó el comunicado de "verborrea engañosa" y pidió que no se acepte a ETA como un interlocutor político. Asimismo, la plataforma Basta Ya exigió que se vuelva al pacto antiterrorista porque "no hay nada que negociar" con los etarras. Sin embargo, el Colectivo de Víctimas del País Vasco (Covite) mostró su "satisfacción" por el anuncio, aunque exigió que no suponga réditos políticos ni se cierren ahora sumarios judiciales "de forma acelerada".

ESPERANZA Y ESCEPTICISMO El presidente de la Asociación Catalana de Víctimas (ACVOT), Santos Santamaría, por su parte, se mostró por un lado "esperanzado", pero por otro "escéptico" porque ETA no ha abandonado definitivamente las armas y no sabe "si se las quedarán y las guardarán para otra vez".

El miembro de este colectivo y portavoz de la Federación de Asociaciones Autonómicas (que agrupa a catalanes, valencianos, andaluces y gallegos), Robert Manrique, también se movió entre el optimismo y el recelo. Consideró el alto el fuego "un primer paso" para la paz y pidió al Ejecutivo que sólo negocie cuando haya un abandono absoluto de la violencia y que los presos condenados por el Código Penal de 1995 cumplan íntegramente sus penas.

La viuda e hijos de Fernando Buesa se manifestaron en otra dirección y pidieron a los partidos que, "todos unidos", apoyen al Gobierno para vencer a la banda terrorista. A pesar de que fueron golpeados por el terrorismo justamente después de que ETA reanudara su actividad tras la última tregua, la familia Buesa se mostró ilusionada por el anuncio de que el alto el fuego sea "permanente".

Si hace unos años las víctimas enterraban a sus muertos en silencio y prácticamente en soledad, desde hace poco las asociaciones que las representan han adquirido un importante papel en el tablero político. Sobre todo, desde que el Congreso aprobó la resolución que permite al Gobierno negociar con ETA si ésta abandonaba las armas, varias asociaciones, capitaneadas por la AVT, se echaron a la calle en dos ocasiones para rechazar este eventual diálogo.

CRITICA AL GOBIERNO Francisco José Alcaraz ha protagonizado los reproches contra el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y contra el alto comisionado para las víctimas, Gregorio Peces-Barba. En ocasiones, incluso se ha opuesto a la política antiterrorista del Gobierno socialista con más dureza que el PP.

Alcaraz es un personaje que despierta pasiones en la derecha y, sin embargo, provoca rechazo en otros colectivos golpeados por la violencia terrorista. Por ejemplo, la Federación de Asociaciones Autonómicas se creó el año pasado por discrepancias con la AVT.