La crisis financiera afecta a todos los sectores de alguna u otra manera. En el caso de la construcción, el principal motor de la economía extremeña, sus efectos han empezado ya a notarse, aunque a un ritmo menor que en el resto del país. La dificultad de acceso a los créditos hipotecarios ha frenado las ventas en un sector que engloba un importante volumen de puestos de trabajo que ahora están en peligro, y que tienen la dificultad añadida de no contar con una fácil reubicación en otras actividades.

--¿En qué situación se encuentra el sector de la construcción a día de hoy?

--En este sector hay que diferenciar entre dos actividades diferentes, por un lado, la obra pública, principalmente relacionada con las infraestructuras viarias, y, por otro, la promoción inmobiliaria, que se encuentra en un momento en el que la crisis del sector financiero ha provocado un cambio radical en las condiciones de financiación, por lo tanto, no solo afecta a la promoción, sino también al consumo particular. La gente ya no dispone con tanta facilidad de financiación para adquirid vivienda, coches o cualquier tipo de cosas. El sector financiero es el que realmente se enfrenta a una crisis, porque tienen un problema de confianza interbancaria, y ello nos repercute a nosotros en tanto en cuanto lo bancos son unos socios imprescindibles para la promoción de viviendas. El sector se está planteando en estos momentos cómo ajustar la demanda que esta situación ha provocado, a la situación de un mercado en el que han cambiado las reglas del juego en un periodo de menos de un año.

--¿Se nota en Extremadura el efecto de la crisis financiera?

--Afortunadamente la repercusión de la crisis en Extremadura se está notando menos. En algo nos teníamos que beneficiar las comunidades pobres, que siempre vamos por detrás en todo. También está afectando menos porque siempre ha habido mucha costumbre de hacer viviendas de VPO, con lo que este ajuste del producto, de las condiciones y la producción, lo tenemos ya más desarrollado que otras comunidades autónomas que se han dedicado a otro tipo de viviendas.

--¿Cree que el plan de infraestructuras anunciado por el Gobierno regional servirá para superar el bache del sector?

--No, no tiene nada que ver, porque son sectores muy diferentes, sobre todo cuando hablamos de mano de obra. Los trabajadores de la edificación no pueden ser absorbidos por la que emplee la obra pública, cuando hablamos de infraestructuras viarias, que aunque suponen grandes inversiones, éstas no repercuten de forma directamente proporcional en el empleo. Aunque haya más inversiones en obra pública, no quiere decir que ésta sea una válvula de escape para los trabajadores de la edificación. Los parados que provoque esta situación, no van a ser absorbidos por la obra pública.

--Si estuviera en su mano, ¿cuál sería su estrategia para superar la situación provocada por la crisis financiera?

--Para mantener los puestos de trabajo se tiene que facilitar el acceso a la vivienda al ciudadano. Es necesario que, hasta que la situación financiera se resuelva, el Estado intervenga para que la credibilidad interbancaria se clarifique y haya menos problemas a la hora de acceder a los créditos, tanto para promotores como para compradores de vivienda, y fomentar que la compra de vivienda siga siendo un incentivo y una llamada al ahorro, a través de incentivos, para que la gente siga pensando que la vivienda es una forma segura, comoda de ahorro, tanto para ellos como para sus futuras generaciones.

--¿Una clara apuesta por la vivienda de VPO podría ayudar a solucionar el problema?

--La VPO es un mercado que se está demandando ahora. En los últimos años ha habido una oferta de vivienda libre muy bien acogida, pero ahora es el momento para que aquella gente que no pudo acceder a la vivienda libre, pueda hacerlo ahora a la vivienda protegida. Todo ello tiene que ir respaldado por medidas que fomenten el derecho constitucional que garantiza a los ciudadanos el acceso a una vivienda.