El 29 de noviembre del 2003 se celebró el último botellón en el parque del Salto del Caballo, en Puerta Pilar, donde los vecinos de esta parte de Badajoz sufrieron durante once años las consecuencias de este fenómeno. Las denuncias y protestas de los vecinos no surtieron efectos, fue la Ley de Convivencia y Ocio la que permitió nuevamente descansar a estos pacenses los fines de semana.

Sin embargo, cinco años después, los dos damnificados del botellón son el estadio del Nuevo Vivero y el río Guadiana, los dos espacios elegidos como zonas permitidas para que los jóvenes se reúnan y consuman alcohol.

La concentración de cientos de jóvenes los fines de semana está causando serios destrozos al Nuevo Vivero, que amanece en unas condiciones lamentables, lo que ha llevado al ayuntamiento a optar por poner un cerramiento perimetral para protegerlo. Los efectos también se dejan ver en el embarcadero y el paseo del río, por lo que Adenex, Salvar el Guadiana y Ecologistas en Acción han pedido que se traslade de sitio.