Puede una persona vivir con poco más de cinco euros al día, pagando comida, ropa, luz, agua...? Miles de familias extremeñas saben que sí lo es porque se ven obligadas a conseguirlo mes tras mes. Es más, en muchos casos tienen que conformarse con ingresar la mitad de este dinero por cada uno de sus miembros. Es lo que se denomina pobreza severa , un problema que se da especialmente en las ciudades. En los principales núcleos urbanos extremeños se calcula que son unas 70.000 las personas que soportan esta situación.

Este dato representa un 6,19% de la población extremeña, un porcentaje que dobla la media nacional y que se sitúa muy por encima de la tasa registrada en otras CCAA. La cifra la aporta el profesor del Departamento de Economía de Uex y uno de los autores del último informe Foessa, Jesús Pérez Mayo, quien ha tomado como referencia para sus cálculos los datos del INE del 2008, los más actualizados de los que disponen los investigadores.

De esta forma, una persona que vive sola y cuyos ingresos anuales no superan los 4.000 euros vive en situación de pobreza severa . También una pareja que no ingresa más de 5.800 euros al año o una familia con dos adultos y un niño que no gana más de 7.200 euros. La precariedad económica (menos de 160 euros al mes) y otras carencias afectivas, formativas, sanitarias o psicológicas, que provocan o agravan sus circunstancias, les convierten en personas o familias en riesgo de exclusión social.

MUJERES Y NIÑOS Los colectivos que más sufren la pobreza severa son las mujeres, los jóvenes y los inmigrantes. Según explica Pérez, esta circunstancia está relacionada con el tipo de empleo que se ha creado en los últimos años: temporal, con salarios bajos y para los que se requería escasa cualificación profesional. "De estos tres colectivos son de los que fundamentalmente se han nutrido las tasas de desempleo", argumenta. Los niños son otro rostro cada vez más familiar de la pobreza severa . España tiene una de las mayores tasas de pobreza infantil de la Unión Europea.

Por ciudades, salvo en el caso de Cáceres que se ha realizado un estudio específico, resultaría arriesgado, según el profesor de la Uex, ofrecer cifras concretas sobre el número de personas o familias en situación de pobreza severa en cada una de ellas.

De hecho, el Instituto Municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Badajoz no cuenta con datos oficiales. Su concejala, Rosario Gómez de la Peña, reconoce que resulta complicado prestar ayuda a las familias que se encuentran en esta situación, "porque en la mayoría de los casos un miembro de la unidad familiar recibe ya una ayuda, por lo que no tenemos posibilidad de tramitarle otra".

Cuando esto ocurre se deriva a estas familias hacia otros recursos --comedores sociales, Cáritas...-- donde les pueden prestar ayuda.

NO AUMENTA Por sus circunstancias, el número de personas en situación de pobreza severa no aumenta ni disminuye en exceso, ni siquiera en tiempos de crisis. "Son circunstancias completamente distintas", indica la concejala cacereña de Asuntos Sociales, Marcelina Elviro. "Cuando alguien se queda sin ingresos porque pierde su trabajo --explica--, pasa momentos muy duros, pero tiene una motivación para salir de ese agujero, busca ayuda, se forma si es necesario, está integrado en la sociedad". Sin embargo, la pobreza severa presenta otra cara: "Son personas afectadas por graves circunstancias que marcan su vida, no pueden, no saben o les cuesta mucho superar esa situación. Necesitan otro tipo de ayuda desde varios frentes", precisa la edil.

Igual que en Badajoz, en Plasencia tampoco existen datos de cuántas personas viven en situación de pobreza severa. El centro de transeúntes de Cáritas solo maneja cifras de personas itinerantes, la mayoría foráneas y, precisamente, Cáritas considera necesario un estudio sobre las necesidades de la población y cree que debería promoverlo el ayuntamiento, como en Cáceres.

Solo desde el comedor social abierto por la propia Cáritas dan cifras de las personas que atienden. Así, de las 35 personas que pasan al día, la mitad son familias y la otra indigentes.

En Mérida tampoco hay datos oficiales, salvo los recogidos por Cáritas por parroquias. La del Perpetuo Socorro, que atiende algunas de las barriadas con menos recursos, colabora con casi 200 familias con ingresos inferiores a 500 euros, 20 de ellas con menos de 200 al mes.