El móvil y el correo electrónico volvieron a cobrar ayer protagonismo en la escena política como herramienta para congregar manifestaciones. Esta vez las personas reunidas frente a la sede del PP eran militantes populares y su objetivo mostrar "apoyo y agradecimiento por ocho años de progreso y bienestar". Lo hicieron con vivas a Aznar, al PP y a España, y con insultos a Pedro Almodóvar, Xavier Sard , Felipe González, Jesús Polanco y al futuro presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. "Zapatero, dimisión", exigieron.

Aunque el PP pidió a sus partidarios que no acudieran a manifestaciones convocadas por mensajes o correos electrónicos, unos 4.000 simpatizantes, según la policía, se concentraron a las 14.20 horas frente a la sede de Génova. En el mismo escenario, con la calle desbordada, la misma fuente calculó el sábado que unas 3.500 personas se juntaron exigiendo información sobre el 11-M. Con banderas españolas y con pancartas felicitando al Gobierno de Aznar por sus ocho años en el poder, los manifestantes populares, en su mayoría jóvenes entre 15 y 25 años que cantaban "ésta es la juventud de España", sacaron su mejor repertorio de frases para acusar de falta de legitimidad del nuevo Gobierno: "Manos arriba, esto es un atraco", "Habéis ganado, por el atentado" y "Tranquilo Mariano, que no llegan al año".

Las declaraciones de los simpatizantes del PP fueron en la misma línea. Mari Carmen Sánchez, "militante desde la época de AP", explicaba así por qué creía en la responsabilidad de ETA en la masacre: "Los moros no tienen la inteligencia para planear el atentado".

"BLANCO PAREDON" Durante el segundo minuto de silencio en honor a las víctimas del 11-M se escuchó un grito pidiendo "Blanco, paredón". Fue la única mención al secretario de organización del PSOE, ya que la masa se la tenía jurada a Jesús Polanco y Xavier Sard , ambos acusados de "manipuladores". Aunque no llegó la sangre al río, la tensión estuvo presente. Algunos periodistas de Europa Press y de Telecinco fueron agredidos.

El secretario general del PP, Mariano Rajoy, que saludó desde el balcón de la sede, arrojó octavillas a la calle instando a los manifestantes a acudir el 27 de marzo al acto de partido que tendrá lugar en la plaza de toros de Vistalegre, en Madrid. La justificación del acto, según los populares, es agradecer el apoyo de sus militantes.