La euforia con la que responsables de EEUU e Irak anunciaron ayer la captura de Sadam no impidió que afloraran las discrepancias sobre quién va a juzgar al depuesto dictador por los terribles crímenes cometidos bajo su largo mandato (1979-2003). "Es algo que aún no está decidido", subrayó el general estadounidense Ricardo Sanchez, jefe del Ejército de Tierra de EEUU mientras las autoridades iraquís quieren un juicio público en el país, donde puede ser condenado a muerte.

El paradero de Sadam es el secreto mejor guardado, para evitar un posible intento de liberarlo por una resistencia que parece estar muy bien organizada. Tampoco EEUU dio ayer ninguna pista de qué va hacer ahora con el dictador.

BLAIR SE DEFINE "Sadam va a hacer frente a la justicia que él mismo negó a millones de personas", se limitó a señalar ayer en su declaración el presidente estadounidense, George Bush. Su incondicional aliado, Tony Blair, opinó en cambio que "corresponde a los iraquís decidir el destino" del tirano.

El pasado miércoles, el Gobierno interino iraquí anunció la creación de un tribunal penal para juzgar el genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad desde el 17 de julio 1968 --año en que el partido Baaz asumió el poder-- hasta el 1 de mayo del 2003. EEUU tiene a más de 5.500 presos en centros de detención en Irak, pero se desconoce cuántos son sospechosos de crímenes de guerra.

PUBLICOS Este tribunal, que celebrará juicios públicos que podrían ser televisados y que está compuesto exclusivamente por jueces iraquís, no iniciará sus trabajos hasta la formación de un nuevo Gobierno iraquí, en julio del 2004. La autoridad ocupante estadounidense suspendió la aplicación de la pena de muerte pero el nuevo Ejecutivo decidirá si la reinstaura.