La ola de calor que afecta al país ha provocado en la región que se dispare la venta e instalación de de aire acondicionado produciendo una demanda insólita que está terminando con la existencias de aparatos. Según declaró Celso Gallego, propietario de Merclima, "es inédito que se vendan aparatos de aire acondicionado en el mes de agosto, pues en años anteriores la venta de este tipo de maquinaria se limitaba a junio y julio".

Tanto Celso Gallego como Andrés Ramos Simón, propietario de Electro Mérida, han coincidido en que la histórica demanda se debe a que "en este año el aumento de las temperaturas no afecta solamente a las diurnas, sino que el calor también ataca por la noche".

Una responsable de Afriman señaló que las ventas han subido el triple que el año anterior, así como las reparaciones. Las demandas son, en su mayoría, de particulares "que llevan varios días sin dormir y no aguantan más". Además, piden aparatos portátiles que no lleven un proceso de instalación.

FALTA DE EXISTENCIAS

La demanda constante de refrigerantes está provocando que tanto las tiendas como las fábricas proveedoras se queden sin mercancía, con lo que muchos establecimientos no prometen una instalación del aire en un periodo inferior a una semana aproximadamente. En el caso del establecimiento Hermanos Vivas el plazo de instalación varía entre 15 y 20 días. Un responsable de Afriman destacó que los aparatos los encargan en Madrid y allí también se están agotando.

Por otra parte, los propietarios de Merclima y Electro Mérida también afirman que "el abastecimiento pronto se agotará completamente como ha sucedido con los ventiladores, ya que a estas alturas es tarea imposible encontrar uno solo por mucho que se busque".

Así, Gallego asegura que cada día se realizan unas 15 o 20 instalaciones en hogares, y Ramos Simón asegura que el 90% de la gente que entra en la tienda lo hace buscando remedio al calor.

En cuanto al perfil de los consumidores no existe un modelo determinado, pues, como afirma Ramos Simón, "el aire acondicionado ya no es un privilegio del que pueda gozar una clase determinada, sino que actualmente cualquiera puede acceder a su instalación en el hogar".

El precio de los mismos oscila entre 450 y 950 euros, aunque depende de muchos factores, y el modelo de instalación más común es el de 3.000 frigorías.