Es jueves. A medida que transcurre la mañana en el mercado cacereño de la Ronda del Carmen las prisas son cada vez mayores. "Las doce de la mañana y todavía estoy aquí", comenta una señora que espera su turno junto a la pescadería. Fuera, en la entrada, los vendedores ambulantes se afanan en repasar en voz alta los increíbles precios de todo lo que ofrecen sus puestos.

En los mercados la visión del redondeo del euro es más familiar. Son los lugares olvidados constantemente por los estudios que se realizan sobre consumo, porque cada vez, dicen, se compra menos en ellos.

Ahora lo que se lleva son los grandes hipermercados y las denominadas tiendas descuento. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), desde la entrada del euro los precios de las tiendas descuento han aumentado en un porcentaje mucho menor que los de las cadenas de supermercados e hipermercados, aunque un informe de la consultora TNS asegura que esto no es cierto y destaca que entre el 2001 y el 2004 el tíquet medio de compra en los hipermercados españoles creció un 14%, mientras que el de las tiendas descuento superó el 25%. Por su parte, el de los supermercados alcanzó el 19% y el de las droguerías-perfumerías el 29%.

Pero no aparecen los mercados municipales como el de la Ronda del Carmen, en donde el euro también se mueve todos los días.

Opinión generalizada

La señora de la pescadería ha tenido suerte, ha llegado su turno y empieza el ritual de solicitar el pescado a su gusto, con esto o sin lo otro. Eso que se suele hacer en los mercados. Junto a ella están María, Juli, Julia y Pepa, todas coinciden en que el euro ha disparado los precios.

"Esto es horroroso, todas las que estamos aquí opinamos lo mismo. Se ha encarecido todo, pero principalmente los productos de alimentación", asegura María, que reconoce que a final de mes cada vez lo pasa peor.

Aquí, Julia pone un toque nostálgico que es secundado por todas: "Yo hacía cola para volver a la peseta otra vez".

"Hija, que caro está todo", comenta Carmina mientras observa el puesto de frutas y verduras de Juani. "Todo lo bueno que se coma debe ser caro", sentencia la última, que lleva más de 35 años vendiendo y reconoce que la moneda única ha sido mala para consumidores y vendedores, "la gente dice que el euro da muy poco de sí, además, suelen tirar hacia los productos más baratos y muchas veces se olvida la calidad".

"Si es que los sueldos son los mismos que hace tres años y los productos están mucho más caros que entonces", sostiene Carmina mientras compra unas manzanas.

Higinio, que coloca las cosas de su charcutería mientras espera a un nuevo cliente, discrepa en cuanto a lo de la calidad. "La entrada del euro se ha notado mucho en las ventas, pero la gente no ha dejado de comprar calidad. Sí es verdad --asegura-- que la gente se queja mucho de los precios y es que el euro es una de las mayores complicaciones que hemos tenido. Se ha redondeado mucho y algunos se han aprovechado de ello"

Pero, ¿qué se come en los hogares españoles? El Panel de Consumo del Ministerio de Agricultura refleja que cada vez triunfan más los platos preparados, los vinos de calidad, los frutos secos, las patatas congeladas y los derivados lácteos, que son los productos con un mayor incremento de volumen de consumo en los últimos meses, sin olvidar las hortalizas frescas y el aceite de oliva.

Aunque no todos están descontentos con los redondeos y las monedas europeas. Nada más salir del mercado, entre los puestos ambulantes está el de zapatos de Carlos. El no tiene muchos problemas: "Algo se ha notado, pero se vende igual, por lo menos yo lo he notado poco. Tampoco los clientes se quejan mucho de los precios, los que más lo hacen son los mayores".

La hora de comer se aproxima. Las prisas de los clientes son mayores y en la puerta del mercado, justo en la frontera del olor a alimentos y las voces ambulantes de los jueves, el redondeo del euro se ve mucho más familiar.