Cambio de ritmo en la economía, refuerzos políticos del PSOE, más presencia mediática y corresponsabilidad de las autonomías frente a la crisis. Sobre estos cuatro pilares defendió ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, los cambios que ha aplicado a su Ejecutivo, solo un año después de que tomara posesión.

Una crisis de Gobierno que finalmente fue más extensa de lo previsto, y que se filtró el fin de semana. Además de Elena Salgado como nueva vicepresidenta económica, Manuel Chaves al frente de una nueva vicepresidencia de Cooperación Territorial, y de José Blanco en Fomento, se incorporan al Gabinete Angel Gabilondo como ministro de Educación, Angeles González Sinde, como titular de Cultura, y Trinidad Jiménez al frente de Sanidad y Políticas Sociales.

RITMO Y DUDAS Zapatero definió el nuevo Ejecutivo como la respuesta a la "demanda de un nuevo ritmo y una mejor fortaleza" en la etapa económica, que se inicia tras el nuevo orden internacional, trazado en la cumbre del G-20. Sin duda, el relevo más significativo es el de la cartera de Economía. El ya exvicepresidente Solbes pedía casi a gritos ser relevado y así ha sido, pero dentro y fuera del PSOE el nombre elegido para este difícil recambio, Elena Salgado, genera sorpresa y dudas. Por ello, seguramente, Zapatero se esforzó en defender a la nueva vicepresidenta por su "extraordinaria capacidad de gestión" para que las medidas económicas "sean eficaces con la máxima celeridad".

Una celeridad que los agentes sociales exigen para generar liquidez a las empresas y reactivar el mercado laboral. Y es que Zapatero repitió hasta cinco veces que su deseo es imprimir ese "nuevo ritmo" a la economía, con nuevas bases de crecimiento más sólidas para tratar de anticipar la recuperación. En este sentido eran notorias las diferencias con Solbes, que retrasaba ciertas medidas y cuestionaba otras, especialmente respecto al crecimiento del gasto público.

La otra prioridad a la que responde el nuevo Gobierno es la que le venía reclamando el PSOE a Zapatero desde hace semanas: ministros con más peso y experiencia política para afrontar el embate de la crisis y de la oposición. La presencia de Chaves y Blanco va en esa dirección.

El presidente del Gobierno habló ayer en la presentación de los nombramientos --realizada a las 13.15 horas, en el palacio de la Moncloa-- de "un equipo fuerte, activo y con gran peso político", e incluso mencionó que la entrada del hasta ayer presidente andaluz puede facilitar el "entendimiento en el ámbito político y parlamentario".

SUCESION EN ANDALUCIA La incorporación de Chaves supone matar dos pájaros de un tiro: la necesaria sucesión en el PSOE andaluz y la presencia de un socialista experimentado en el Ejecutivo. En clave externa, Zapatero lanzó una advertencia: Chaves va a personalizar la exigencia de "fortalecer la cohesión territorial" en España para que "todas las administraciones se incorporen de lleno a la lucha contra la crisis". Eso sí, el nuevo vicepresidente puede ayudar, según Zapatero, a desencallar la financiación autonómica y el desarrollo de los estatutos. Siempre bajo la prioridad, subrayada insistentemente por el jefe del Ejecutivo, de la "coordinación territorial", tan importante, a su juicio, como la cohesión social.

La presencia de José Blanco al frente de Fomento viene a reforzar la coordinación Gobierno- PSOE, que había sufrido algún desajuste, y supone el relevo de la conflictiva Magdalena Alvarez, algo que Zapatero justificó, porque el suyo es un ministerio "muy difícil". Con Blanco, a diferencia de su antecesora, el Gobierno de Zapatero cree que podrá vender mejor las inversiones importantes que está acometiendo el Ejecutivo en comunidades del Partido Popular, como Valencia y Madrid.

Respecto a los nuevos titulares de Educación, Cultura y Sanidad, su perfil responde sobre todo a un déficit de presencia pública del Ejecutivo. Los tres son, en sus ámbitos, personalidades conocidas y con capacidad de discurso. Además, en el caso de Trinidad Jiménez, Zapatero incorpora a una persona que le acompañó desde el primer momento en su ascenso interno en el PSOE en el colectivo Nueva Vía, como lo hizo Blanco.

UN AÑO DE GOBIERNO Rodríguez Zapatero tuvo que responder a la evidencia de que el equipo que nombró tras las elecciones le ha durado tan solo un año. El presidente del Gobierno se defendió argumentando que los ministerios más políticos y de coordinación permanecen en sus responsabilidades, como es el caso de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, una de las ganadoras de esta crisis.