Hace falta ser del género bobo para llevar productos dopantes en la maleta cuando se viaja a Francia para correr el Tour. Y, a la vez, tomar EPO en el 2008, cuando las máquinas del laboratorio afinan como cuchillos de carnicero, solo significa que se atenta contra el ciclismo y contra los corredores que rehúyen el llamado viejo sistema, que todavía colea con fuerza entre algunos ciclistas irrecuperables que, Patrice Clerc, máximo responsable de la grande boucle, cataloga de "tramposos aislados".

Beltrán dio positivo por EPO en la primera etapa. Pero el Triqui, de 37 años, era uno de los últimos representantes de un pelotón que corrió a toque de farmacia. En cambio Moisés Dueñas, excluido ayer del Tour por su equipo, el Barloworld, con 10 años menos y un futuro brillante --uno de los grandes conjuntos lo pretendía para la próxima temporada--, también positivo por EPO, en este caso en la cuarta etapa, pasaba por ser un corredor limpio, tan limpio que su padrino y amigo, el exciclista Santi Blanco, había puesto las manos en el fuego por él recomendándolo a las mejores escuadras. "Lo que más me apena de este segundo caso positivo --recalcó Clerc-- es que es un corredor joven".

"Yo me pregunto, ¿quién es el salvaje que asesora a este chico en cuestiones médicas?", se cuestionó ayer, desde Madrid, Víctor Cordero, director general de la Vuelta.

PUEDEN HABER MAS CASOS. Y este hasta ahora cobra relevancia porque el Tour, según pudo saber ayer este diario, se congratula de que la mayoría de análisis de los participantes muestren valores que evidencian un divorcio total con los productos dopantes. Pero, a la vez, la ronda francesa tiene identificado a un pequeño grupo --al que denominan "tramposos aislados"-- cuyas muestras ponen de manifiesto que su sangre no es clara. El Tour "va a por ellos" porque quiere desenmascararlos, porque considera que erradicar las viejas costumbres es un trabajo largo y porque está convencido de que caerán en esta edición.

Y, en medio de todo este cisma, aparece la discutible figura de Pat McQuaid, el presidente de la UCI, justo al día después de que todos los equipos decidieron autoexcluirse de la UCI Pro Tour, el calendario que defiende la federación internacional y del que reniegan Tour, Vuelta y Giro. McQuaid cargó contra el ciclismo español. "España es la última frontera contra el dopaje", afirmó. "Debería ser más cuidadoso con lo que dice. Pero no me sorprende, ya que no comulga con quienes no le dicen amén", protestó Cordero.

Entre tanto se disputó la undécima etapa, en la que se llevó la victoria el danés Arvesen, tras una escapada consentida. El valor lo puso Pereiro que atacó pero el CSC pasó rápido a la carga hasta que le alcanzaron. Aún le tienen respeto.