En París es imposible que haya fiesta pequeña, sobre todo desde que los deportistas españoles se han acostumbrado a tomar sus calles y celebrar los mejores triunfos. Unas veces es a ritmo de pedal y otras a golpe de raqueta. En ocasiones, como ayer, el protagonista se llama Carlos Sastre y no hace otra cosa que engrandecer el Tour, la mejor carrera que se puede ganar sobre una bicicleta. Undécima victoria para España y séptimo ciclista español que conquista el jersey amarillo.

Hace 49 años Federico Martín Bahamontes, castellano, dio el primer compás a la fiesta. De Cuenca era Luis Ocaña, vencedor en 1973. De Segovia llegó Pedro Delgado para ganar la grande boucle en 1988, como antesala a los cinco triunfos de Miguel Induráin. La victoria de Oscar Pereiro costó un poco más, más de un año de pleito, y se vistió de amarillo en Madrid y no en París por culpa de la leyenda negra que atiza a este deporte. Alberto Contador abrió con su victoria del año pasado la puerta al presumible dominador del ciclismo en las próximas temporadas. Y ayer, en París, la imagen pequeña, resolutiva, sonriente por una vez de Carlos Sastre, con sus dos hijos, se incorporó al elitista club que se permite triunfar en los Campos Elíseos. Una victoria que se realza, además, por su fulgurante ataque en Alpe d´Huez, el mejor escenario para coronarse como figura del ciclismo y cimentar la victoria en la ronda francesa.

LA RONDA ESPAÑOLA. Sastre, ayer, no hizo otra cosa que avivar la fiesta del ciclismo español, que este año puede hacer historia si él mismo o Contador, como primeros reclamos, seguidos de Alejandro Valverde y Samuel Sánchez, se imponen en la que será la mejor Vuelta desde 1983, el año en el que Bernard Hinault hizo añicos la prueba y su propia rodilla en lo que fue una edición que pasó a la historia. Y así será porque si cualquiera de ellos se impone en Madrid, los corredores españoles conquistarán en un mismo año las tres grandes, algo que solo ha conseguido el ciclismo francés en 1964. Entonces, Jacques Anquetil triunfó en el Tour y el Giro, mientras que Raymond Poulidor se libró de su careta de eterno segundón llevándose hacia Limoges el título de la Vuelta.

Además, si se da el caso que el vencedor es Alberto Contador, el ciclista de Pinto, reciente vencedor del Giro, se proclamará como el cuarto ciclista de la historia que se adjudica las tres grandes, proeza que solo se han anotado Jacques Anquetil, Felice Gimondi, Eddy Merckx y Bernard Hinault. "Ahora es el momento de disfrutar del triunfo en el Tour, pero tengo en mente otros objetivos", repitió ayer Sastre, elegantemente vestido de amari-