El ciclista italiano Riccardo Riccó, expulsado el pasado día 18 del Tour de Francia tras dar positivo en un control antidopaje, admitió ayer el uso de EPO de última generación ante la fiscalía del Comité Olímpico Italiano (CONI).

"Ante la fiscalía antidopaje del CONI he asumido mi responsabilidad. Antes del Tour tomé la sustancia que todos sabéis (EPO de última generación)", explicó a la prensa el escalador del Saunier Duval.

El caso de Riccó será remitido al Tribunal italiano Antidopaje, cuya decisión se hará pública antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Pekín el próximo 8 de agosto.

La confesión de Riccó podría significar una reducción de la pena que quedaría reducida a un paro de 12 a 18 meses.