En las extensas dehesas de encinas y alcornoques de la comarca suroeste de Extremadura, sin duda caso similar será en otras de nuestra extensa comunidad, también con nuestro protagonista en cualquier estación del año, excepto ciertos periodos que luego detallaré, pero en especial en esos días otoñales y más invernales donde muchos días y sobre todo mañanas todo aparece cubierto en esa misteriosos niebla, donde los sonidos son muy variados dentro de tan bello aunque tenebroso escenario. Pero destaca uno por encima de todos por su potencia y lo chirriante y llamativo de mi protagonista. No me refiero a otro que al arrendajo común (garrulus glandarius), córvido que en nada aparentemente se parece a sus parientes enlutados como son el cuervo, la corneja, graja, grajillas y chovas, solo algo y en referencia a sus llamativos colores a los también rabilargo y urraca. Conocido como gallo real en Extremadura, eskiñoso, en el País Vasco, pega marza en Galicia y hasta como rendajo en algunos lugares. Hablamos de una especie con plumaje rosa pardo, llamando la atención sus cobertores alares azules con barras negras, obispillo blanco y su gruesa bigotera también negra, así como sus preciosos y atrayentes ojos azules. Sus medidas van de 32 a 34 centímetros, 170 gramos de peso y una envergadura de 53 cm. Siendo su vuelo trabajoso, débil y ondulatorio. Andan a saltos al igual que otro córvido europeo, como el cascanueces, a diferencia de los restantes continentales que andan en forma de marchada, o sea como nosotros. A pesar de hablar de una especie muy evolucionada en su adaptación al medio en el que frecuenta, es el córvido por excelencia más ligado a toda clase de masas y formaciones forestales. También excepciones en árboles cercanos a núcleos urbanos, sobre todo en invierno. Ello hace bastante difícil de observarlos, una verdadera pérdida a la vista, unido a ser muy cauteloso y desconfiado, desde luego resulta más fácil tener conocimiento de su presencia por sus estridentes gritos y chirriantes reclamos. Siguiendo con sus dotes sonoras tratamos de un gran imitador de cantos, a quienes atrae con los mismos en unos casos o desorienta por ejemplo en el caso de rapaces. Su amplio vocabulario, incluye también la voz de alarma para determinados depredadores, así como humanos. Por ello no cabe duda que a pesar de sus roncos gritos, nunca nada de melodiosos, incluso ensordecedores en grupos, tratamos de un gran parlanchín, por sus numerosas y diferentes manifestaciones. Claro está existe la excepción y es casi su total silencio, solo cuchicheos cuando se encuentra en sus nidos por precaución, para evitar la ubicación de los mismos. Su reproducción como no cabe otro supuesto también está ligado a lo forestal, sus nidos se encuentran muy camuflados en marañas de arbustos y matorrales, así como en árboles de todo tipo. Siendo dicha época de cría muy beneficiosa y útil para el campo, dado que los pollos se alimentan principalmente y en gran cantidad de insectos, muchos de ellos muy nocivos para la agricultura, a fin de cuentas para el ser humano. En relación a su situación a nivel cinegético, comentar que lo primero que llama la atención es que exclusivamente es considerada especie cinegética en Cataluña, no estando presente en Canarias, Baleares, así como en Ceuta y Melilla, y solo está catalogada en Extremadura y Castilla La Mancha, donde en ambas está incluida en la categoría de "interés especial", siendo especie silvestre a los efectos oportunos en las doce restantes. Quisiera hacer de la faceta alimenticia el principal argumento de estas letras. Ante todo empezar por tratarse de un muy dúctil omnívoro, pero con gran predominio vegetariano en su dieta. Prueba de ello es que en muchos trabajos y estudios se le cataloga en la cadena alimenticia dentro de los fitófagos. Se podría resumir a nivel general en cerca de un setenta y cinco por ciento, entre de bellotas, piñones y frutos en su inmensa mayoría silvestres, otro veinte por ciento de insectos y sus larvas, el cual aumenta de manera muy considerable como ha quedado dicho en época de reproducción, siendo casi exclusiva la manutención de sus polluelos a costa de los mismos y en el último cinco por ciento se podría encasillar su faceta de predador sobre huevos y pollos, estos siempre referidos a pequeñas aves. Y como no referirme al particular significado del título de estas letras, y no es otra que su costumbre de enterrar y esconder los sobrantes de las nombradas bellotas y otros frutos que consigue. Todo para tener una posible especie de despensa y almacén a utilizar en periodos difíciles y épocas de escasez. También utilizan en ocasiones los huecos de los árboles como posible lugar de almacenamiento, con mucho menos éxito como es lógico. Dicho comportamiento se hace más frecuente y de mucha mayor intensidad sobre todo ante la carrera ante el frío y la llegada de las primeras nieves, todo según sus diferentes hábitats.Pero son muchas las despensas creadas, que por diferentes motivos no son o no hace falta ser recuperadas, por lo que las mismas hacen una importante labor en la regeneración de las diferentes masas forestales que frecuentan, o sea unos verdaderos sembradores de bosques. Y más si cabe en lugares muy recónditos, que son en muchas ocasiones de muy difícil acceso para la realización por nuestra parte, a pesar de nuestros grandes medios, cuando los mismos sufren daños. Espacios por otro lado vitales para nuestro fundamental saludable medio ambiente. Por último este comportamiento de esconder y ocultar alimentos es una técnica totalmente innata, los jóvenes ya lo hacen sin ninguna clase de aprendizaje por parte de sus progenitores u otros adultos. Después tenemos, claro está, el tema de encontrar dichos depósitos, unos lo argumentan a la casualidad, mientras que bastantes conocidos etólogos concluyen que es producto de la inteligencia. Pensemos, en estos parece insignificantes, pero sin duda positivos detalles, ante nuestra gran prepotencia ante la naturaleza y que hace no darle la importancia tan beneficiosa, en unos de los grandes males que padecemos año tras año, como son los incendios forestales, que sería muy largo de entrar por las muchas razones del origen de los mismos, fuera de las lógicas causas naturales. Lo que significa como antes he referido a la hora de apreciar y reconocer, aunque sea indirectamente la labor de este pequeño repoblador de nuestros bellos bosques.