Cernícalo Primilla (Falco neumani)

30 centímetrosAlimentación:

Principalmente insectos de gran tamaño, cazados tanto en vuelo como en el suelo preferentemente, sin descartar pequeños mamíferos y reptiles, e incluso batracios.

Estival. En su gran e inmensa mayoría, aunque raros invernantes.

Popular: Cerniera. Gallego: Buxalero.

Cernícalo Vulgar (Falco tinnunculus)

34 centímetrosAlimentación:

Principalmente ratoncillos, topillos y otros pequeños roedores, pequeñas aves, y entre ellas sobre todo gorriones de pequeña edad, en sus primeros escarceos o por caídas de sus nidos anticipadamente muy conocidas por todos, casi siempre y muchas debido al calor excesivo, también tiene buena faceta insectívora, pasando por incluso ranas y lombrices.

Sedentario: Pero con mucha dispersión.

Popular: Como cernícalo común, también gavilán, peñerina o peneireiro. En gallego: Lagarteiro. Hablar o mejor escribir sobre el cernícalo primilla, es hacerlo de una de las especies urbanas más emblemáticas, pero también hoy día lamentable por su mala situación poblacional, y por ello más añoradas, en la mayoría de nuestros pueblos y ciudades. Es una especie que está en muy peligroso estado de número de ejemplares, habiendo incluso zonas donde ha llegado a desaparecer, y desde luego su daño es totalmente nulo a nuestros intereses, pero otras razones, muy ligadas a nuestro actual sistema de vida en muchos aspectos, ha hecho en los últimos años el motivo de su gran declive, incluidas las tradicionales de sus capturas ilegales. En los últimos estudios realizados parece estabilizarse en su número, pero no en el sentido de notorio crecimiento. Todo ello y por consiguiente hace que se encuentre en nivel máximo la protección establecida sobre nuestras especies. Aquí podríamos y con todo su mérito nombrar a la asociación de Almendralejo dedicada a ello, denominada DEMA, y dirigida con gran eficacia por Antolin. Incluso la Iglesia principal de la ciudad, por ser una ubicación de gran cantidad de nidos de los mismos, y por ello conlleva con seguridad la gran crianza del cernícalo primilla en la misma, ha sido declarada como una ZEPA, caso totalmente curioso y no muy normal, y creo que pudiera ser el único de este tipo. Incluso esta asociación, ya hasta importa ejemplares a ciudades o zonas donde desgraciadamente han desaparecido, un ejemplo puede ser y basta la belleza de lugar la Alambra de Granada.Escribiendo del primilla, tengo un caso curioso creo, basta que ya está todo escrito y estudiado sobre esta pequeña rapaz, y en su relación también con lo muy común de iluminar nuestros bonitos monumentos nocturnamente, muy por ellos frecuentados, en especial en la época de cría de sus polluelos. Y por ello, como natural y vecino de la ciudad de Jerez de los Caballeros, conocida principalmente por sus bellas torres. En verano, y desde hace unos cuantos años, una vez caída la noche, las grandes torres son iluminadas en especial San Miguel y San Bartolomé, y ello hacía y hace en muchas ocasiones, no todas, que se observaban muchos a su alrededor revoloteando alrededor de las mismas en plena ya madrugada. O sea, para mí no era más que molestar y más en época en especial de reproducción como he comentado a esta especie como tal y más aún como gran protegida por su lamentable situación. En el tema del daño ocular, no puedo opinar, ya tengo bastante con mi trabajo profesional, a pesar de mis estudios de más de 30 años como ornitólogo, pero yo en un principio pensé en esos posibles tipos de perjuicio. Pero la gran sorpresa fue después, y por información de una gran amigo, de nombre Carlos Casilda, que esos días donde tanto primilla adornaban las torres en las calurosas noches veraniegas, me informaba que no era otro motivo, a parte de las inteligentes amigas grajillas no bien observadas por su color, las enormes plagas de algunos días de algunos años de mariposas en lenguaje vulgar, pero polillas científicamente de innumerables clases y su grandes comilonas para las mismas como especies en especial insectívoras. Perdonen si esto es un poco literalmente no muy científico, pero después de detenidas y eso si con los medios adecuados comprobé que su buche crecía de manera impresionante por momentos, así como por la nombrada coincidencia con su época de cría de sus polluelos, para los mismos, aunque no a horas muy normales, en un cernícalo primilla y la mayoría de especies ornitológicas, exceptuando las nocturnas. Por lo tanto y reitero el posible daño desconocido, fue una gran equivocación natural por mi pasión por las aves, que incluso estuvo a punto de provocar por mi parte tomar la postura de reclamar las medidas administrativas posibles y oportunas a tales efectos. Y nuevamente sin poderlo evitar hablar de uno de mis córvidos, la grajilla, ya he comentado que prácticamente no se observaban posiblemente por su color negro, pero viendo y observándolas muchas horas durante el día, si que ingerían cantidades increíbles en todos los rincones de dichas torres durante el día después de esas noches de plagas de las mismas.Y en colación a nuestro segundo protagonista de este capítulo hay que reconocer y más en ejemplares jóvenes que el parecido en muy similar, pero las diferencias también son muchas, aunque algunas muy claras como en comportamiento, colores en adultos, así como nidificación siendo el primilla muy colonial, mientras que el vulgar es casi siempre muy solitario, tanto en los casos urbanos, como mucho más en su medio más normal como es el rustico, haciendolo en ruinas, ermitas, cortijos, etcétera. Nuestro segundo e inferior en protagonista en este capítulo como especie urbana, es el cernícalo vulgar, que no deja de ser bastante cierto que es muy fácil y sobre todo a larga distancia equivocarlo con el primilla. Pero en verdad son bastantes frecuentes sus estancias en las ciudades, incluso en las épocas de reproducción, con bastantes nidos en nuestros monumentos y tejados. La distinción en vuelo y a larga distancia como he comentado es difícil, porque aunque más grande, la diferencia es prácticamente irrisoria, 4 cm, según los muchos estudios realizados, hablamos de pocos centímetros. En los colores de los machos adultos si es bastante notoria, con colores mucho más fuertes en cabeza y cola de los vulgares. Las hembras son prácticamente semejantes. Y tanto en las dos especies la cola reconoce a las mismas por su número de franjas negras en la misma, y nunca cuando son adultas las hembras cambia su forma en coloración de sus colas. Ahora desde luego la mejor distinción y clara entre unos y otros, eso si, a poca distancia o con un buen prismático, es el color de sus uñas, aquí es tajante la distinción, primillas uñas bancas, vulgares, uñas negras, sean machos o hembras, o tenga la edad que tengan.Estas aves son utilizadas en cetrería, en especial el vulgar, aunque se debe de entender de ejemplares criados en cautividad, ¿?, dada su protección. Lo que es una realidad es que ambas son grandes beneficiosas dado su gran consumo en ratones, ratas de pequeño tamaño, topillos y muchos insectos dañinos. Aquí reseñamos incluso también al cernícalo vulgar como especie urbana, aún siendo prácticamente calificada como típica de este medio el primilla, pero ambas son súper adaptables a cualquier biotopo, desde un pequeño pueblo, grandes ciudades, pasando por tierras cultivadas, variedad de acantilados y un largo etcétera.Sus nombres se deben a su particular e impresionante capacidad en las alturas en sus vuelos y con las impresionantes maniobras con sus alas y consiguientes plumas, para conseguir lo que se conoce como, lo que denominamos acertadamente que se "ciernen", Ello no lo utilizan para divertirse, la cuestión es su privilegiada, dado que basta a ello tienen la capacidad de una gran vigilancia sobre el suelo en busca de sus presas referidas. Como curiosidad es muy frecuente poder observarlos parados en el aire en las proximidades o casi totales carreteras donde por sus campos linderos tienen muy buenos lugares para su sustento, sin duda debido a lugares muy insectívoros, para que todos fácilmente en nuestros veranos tengamos el para mí placer de ver tal inverosímil característica en su vuelo y comportamiento de nuestros preciosos cernícalos. (*) El autor es naturalista