Qué importante es tener un buen compañero de viaje para disfrutar de la vida. No se cansen, en la escala de valores (que nos macharon con cincel y martillo) no reside la felicidad. Una cosa son los objetivos grandilocuentes de lo socialmente correctos, y otros los que de verdad nos humanizan. Sí, esos que, cuando se pasa de la vida en color a la de blanco y negro, pocos son capaces de asumir. Un brusco e indeseable cambio de rumbo en la vida de las personas deja al descubierto la escasa solidez desde donde se construyó esa deseada mutua relación. Vivimos tiempos convulsos y superfluos, y por eso, tenemos que aprovechar el ritmo sincronizado que nos marca el corazón, para ponerlo en sintonía con la perturbable razón.