Una crisis, bien instalada desde lo alto de la pirámide, campa a sus anchas, escalonadamente, desde su vértice hacia los segmentos inferiores. Gracias a un diseño geométrico, bien estudiado en forma y tiempo por los altivos personajes que nos manejan. De nada sirve invertir esta figura piramidal, para poder solucionar la suma de todos los problemas que nos llegan en cascada, en este atolladero de tiempo por el que transitamos. La solución a esta larga y penosa crisis, vendrá paulatinamente, según la posición estratégica y geométrica que ocupen los hacedores de su santa voluntad.