Nunca dejé, ni dejo, ni dejaré mientras pueda de estudiar al cuervo (corvus corax), sus comportamientos o pautas, así como facetas que en todas parecen interminables. Son ya más de 30 años en ello, pero en estas letras especialmente quiero hacer público mi bregar en la causa de defender a este inteligente animal de su injusta mala fama, creada por mentes retorcidas, que tanto daño le han producido y le siguen produciendo, aunque no parezca lógico en este mundo informatizado y moderno.

Curioso es que no es así cuando hablamos de todas las civilizaciones existentes en nuestro planeta en su dilatada que sepamos historia humanizada. Un ejemplo entre otros, lo tenemos en los antiguos pobladores del norte de Europa, donde era considerado el perfecto símbolo de la sabiduría y la modestia, llegando hasta ser motivo de regalo en sus escasos ejemplares albinos entre reinos. Hoy día por suerte esto va cambiando, como sería lo más lógico y natural, pero increíblemente y sinceramente hablo con conocimiento de causa como se dice, no en todos los rincones de España, limitándome a nuestro país, al cual quiero y he querido conocer en sus más mínimos rincones por ello.

¿Color negro? ¿Por qué? Hay muchas personas que tienen como favorito el mismo. Existen incluso culturas, muy antiguas y desarrolladas en la actualidad que tienen dicho color en su vestimenta habitual. Hay incluso temas sagrados, aún con los cambios experimentados que tienen en dicha tonalidad su identificación desde siempre.

Según refranes con su presencia auguran guerras, hambrunas y epidemias, si pasan pares o impares, o según el número de sus graznidos muere hombre o mujer, roban el alma si los miran, y un sin fin de ejemplos. Y que me dicen que si los crías te sacaran los ojos. Mezclar este conocido dicho con la demostrada forma de proceder con cadáveres de animales de gran tamaño y de fuerte pellejo, que ellos descubren, sin dejar de infravalorar la labor de otro córvido como la urraca (pica pica), y que solo tienen la capacidad de empezar por las únicas partes posibles de ser consumidas como son las blandas llámense los ojos y otros lugares, ya que después recibirán su contraprestación en la comilona de los grandes carroñeros, por su gran colaboración a la hora de localizar su imprescindible sustento, es hacer muy flaco favor hacía el mismo, aunque creo que difícil de poder ya borrar del lenguaje de muchos, tanto a nivel popular como de toda clase de comunicadores. "Nunca he visto a un cuervo tuerto y mira que se arriman". Eso fue lo que dijo el gran Konrad Lorenz, por cierto premio nobel en 1973, gran investigador y fundador de la etología en base a los córvidos, de los cuales el cuervo, es el más representativo.

Las guerras antiguas dejaban miles de muertos en los campos de batalla, las leyes de antaño condenaban a bandidos y brujas en ejecuciones capitales públicas, y para ejemplo y reflexión los dejaban pudrirse al sol durante semanas. Los carroñeros no distinguen en su lista de carne putrefacta. Cualquier consumidor tampoco. Está es y no otra la explicación de tal conocido dicho para comparar precisamente comportamientos con los llamados humanos.

En fin, ¿ provoca el cuervo, la guerra, muerte, hambre y demás desgracias ? Por favor dejemos a los animales silvestres hacer sus vidas como buenamente pueden, que ya tienen bastante, cuando siempre han estado ahí. Y menos simplemente por mentes tan retorcidas en pleno siglo XXI, que aunque parezca mentira siguen existiendo, y no crean que exagero o que es fanatismo defensivo hacia mi protagonista, lo compruebo un día si y otro también, y lo que es peor heredándose,""es increíble pero cierto", aunque también parece que cada día a menos por suerte para los enlutados alados como he comentado. Por último no duden que muchos capítulos aparte se podrían escribir y detallar de este mayor pájaro (passeriformes) existente en términos ornitológicos. Son muchas sus facetas positivas y sobre todo interesantes y como no algunas negativas, (eso sí para nosotros y nuestro modo de vida), aunque como siempre decimos los llamados animales racionales, "nadie es perfecto" ¿o no? ¡Y menos un pájaro, por favor! (*) Naturalista y Ornitólogo