El anciano Pepe no es otro que un simple periquito melopsittacus undulatus, pero que en estas últimas fiestas navideñas al tenerlo con todos en su jaula, en la celebración de las mismas, hice cuentas de los años que llevaba acompañándonos en ellas, eso sí, con sus insoportables chirridos, más aún cuando nota tanta movida a su alrededor. Pues nada más y nada menos amigos, que casi dieciocho años, vamos que teniendo cuenta su edad media como especie específica, sería uno de los nuestros con más de 150 años de edad.Este pequeño loro o cacatúa, gran imitador, incluso llegando articular palabras, más el macho que la hembra, no ha dejado de demostrarme todos estos años ante todo que se trata de una especie muy inteligente y sobre todo sociable. Y como no se ha hecho entrañable, aunque se trate de un pequeño pajarillo. El mismo por otro lado es la contradicción de un dicho muy popular, que habla que cuando vive junta una pareja, cosa muy común a la hora de adquirirlos y muere uno de ellos, el sobreviviente muere muy rápido, se dice por ¡tristeza! Pues el viejo amigo Pepe, se quedó viudo de Pepa desde su segundo año, o sea, lleva en dicho estado matrimonial dieciséis años y está como unas castañuelas. Puede ser que la excepción confirme la regla, aunque nunca científica faltaría más.Solo para terminar, reconociendo que el tema pueda tener para muchos nula importancia, lo entiendo, pero tengo que decir que todos los que lo conocemos queremos que pase con nosotros muchas más navidades.