Los biotopos actuales de la garcilla bueyera, son muy variados como he comentado en la primera parte, desde su más habitual como son los terrenos húmedos, así como pastizales acompañando al ganado existente, pasando por brezales y zonas de cultivo, hasta llegar a bosques de encinas, alcornoques, pinares y un largo etc.., teniendo mucha influencia en muchos de ellos la presencia de explotaciones ganaderas en dichos espacios. El tema principal de estas letras, basta lo comentado se pudiera decir que es su alimentación, que según los numerosos estudios realizados, la primera conclusión que se podría tomar es que sería omnívora, pero con claras y notorias preferencias, muy basadas por los lugares donde frecuenta. También destacar antes de entrar en la exposición de ello, que hoy día una gran base de la misma está basada en los vertederos de residuos sólidos urbanos, como ocurre con un gran número de otras especies. Hablamos de una especie oportunista, que constituye una gran ventaja, o sea se alimenta según los alimentos disponibles que existan en el momento y lugar.. Pero por lo general ocupa, zonas fluviales, pastos ganaderos, agricultura en general, donde con profesionales del mismo se muestran muy confiadas en busca de insectos y otros invertebrados sobre todo en el arado de sus tractores, en los últimos años sobre todo arrozales y cultivos de regadío, así como antes he expresado basureros urbanos con residuos orgánicos. Por ello su alimentación en general está compuesta principalmente, lo que por otro lado hace inapreciable su posible daño a presas de carácter cinético, por peces, anfibios, insectos acuáticos, artrópodos, parásitos del ganado, ortópteros, como langostas y saltamontes, reptiles, coleópteros y pequeños mamíferos muchos o la mayoría de ellos perjudiciales para la agricultura. Una de las formas más fiables para averiguar su amplia dieta de alimentación, es en especial en sus colonias reproductoras y ello se logra de una forma muy curiosa. Los pequeños pollos forman un gran revuelo cuando merodean posibles depredadores, lo cual provoca los vómitos de los mismos en muchas ocasiones. Con lo cual en posteriores estudios y con toda seguridad es posible comprobar su dieta alimenticia. Los resultados no han sido otros que los referidos en general, lo que equivale que en su mayor parte esté compuesta por la abundancia de reptiles, como lagartos, lagartijas, eslizones y culebras, anfibios, como ranas, tritones, gallipatos y sobre todo insectos como saltamontes, escarabajos de todo tipo, arañas y moscas. Llamando la atención las numerosas garrapatas de los grandes herbívoros con los que pasan muchas horas al día. Por último hay que reconocer la razonable frustración para muchos de los practicantes del deporte cinegético, viendo el lamentable estado en la que se encuentran las especies de caza menor, por muy diferentes y variados motivos, no lo duden, y que cuando salen al campo, observar a cada paso, por así decirlo, el color blanco de nuestra omnipresente garcilla. (*) El autor es naturalista y técnico en Gestión de la Fauna y de Espacios Naturales.