Las consecuencias de la maldita guerra civil en Siria, deja desamparados y huérfanos a los vulnerables niños que la padecen; y que son el blanco inocente de ráfagas indiscriminadas de todo tipo de endemoniados proyectiles. Esta vez, le ha tocado a él. Un ángel de la guarda.

Un hombre abnegado y bueno (que tanto cariño ponía en el desempeño de su profesión como pediatra) al que le han segado la vida las bombas asesinas. Dedicado por completo al cuidado de sus angelitos, el doctor Mohamed Wasim Maaz, murió valientemente en Hospital Infantil de Alepo, bombardeado por los intereses contrarios a la bondad.

El enfrentamiento entre el bien y el mal (en esta descabellada batalla del absurdo) se nos lleva a un luchador del amor por la vida de los inocentes. Descanse en paz.