Como pacense, por los lazos culturales que me unen al vecino país, siempre he sentido un aprecio especial por Portugal, pero escribo esta carta para denunciar el trato recibido en Lisboa como turista, y la sospecha de que los funcionarios portugueses se ceban en multas con los turistas españoles para salir de la crisis.Este sábado, como otros muchos días fui con mi pareja y unos amigos a pasar el día en Lisboa, pues apenas conocían estos la ciudad, estuvimos paseando por el Chiado, comiendo, tomando unas cervezas en la cervecería Trindade, cafés en la Brasileira, etc, lo que se suelen hacer muchos turistas. Quedamos en ir a Belén a enseñarles la zona, para ello cogimos el tranvía en la plaza del Comercio, no pudimos sacar antes los billetes pues no vimos expendedores de estos. El tranvía se pone en marcha, vamos a la máquina expendedora y vemos que está ocupada por un señor grueso, algo impedido, que tarda de 4 a 5 minutos en sacar el billete, pues tiene dificultad en sacar las monedas estando el tranvía en marcha, la máquina expendedora está en la intersección de los vagones, con lo que se dificulta más aún la acción. Termina este señor y me acerco a la máquina, empiezo a leer, no sé si da cambio, o acepta billetes, además las monedas que intento introducir no puedo pues antes hay que apretar un segundo botón que hay en esta para que se abra la ranura y poder meterlas, de esto me entero después. En esto que se acerca una revisora, le pregunto cómo funciona y me dice que si tengo billetes sacados, le intento explicar todo lo ocurrido, y sin dar explicaciones me saca un formulario para ponernos una multa, nos pide los DNI y llama a varios de sus compañeros. Nos sacan del tranvía, nos rodean, y nos tratan como a verdaderos delincuentes, incluso nos pide información irrelevante para esto, como donde trabajamos, si estamos casados, etc, información que yo doy pero que otros de mis compañeros se niegan a dar. Como no se vienen a razones , intentamos pagar la multa. ¡140 Euros! Por persona y olvidar el mal suceso que estamos teniendo, pues parece una pesadilla o película de Almódovar. Nos dicen que ya nos enviarán una carta a España, con la forma de pago en 5 días y que si no pagamos hay un recargo con lo que la multa suma ¡210 Euros¡, y que ellos no nos pueden cobrar, ¡terminando además su jornada laboral en ese momento!. Nos acercamos a la oficina de reclamaciones, damos esta vez con un funcionario muy amable que nos explica que esta revisora y su compañeros están teniendo muchos problemas con los turistas, y que él y otros revisores se hacen cargo del pago por lo que la multa se queda en ¡113,40 euros¡ por persona. Estoy seguro que lo primeros revisores no se hicieron cargo del pago para ver si todavía nos sacaban el recargo. Además tengo la sensación que en Lisboa, algunos funcionarios públicos, policías, revisores, etc, no tratan igual a todos los turistas, teniendo con los españoles un trato más severo o denigrante. Esto no quita para que me siga gustando muchísimo Portugal, y sus gentes, pues sé que este tipo de personas existe en todas partes.Sin nada más, un turista ofendido.