El elemento primordial para la vida humana es el agua. El agua es ese elemento prioritario que a nadie debería faltar.

Sin embargo dada la falta de sensibilidad del ser humano, dado el egoísmo ante los problemas más acuciantes, el agua falta y con ella falta la vida. La vida no puede subsistir sin el agua y todos deberíamos de ser conscientes de esta realidad y colaborar para que a nadie faltara este elemento básico.

No colaborar activamente en esto es decir no a la vida, es vivir en la tenebrosa cueva del egocentrismo y de la incomprensión más absoluta, es condenar a millones de personas a la enfermedad y a la muerte. Este 22 de marzo, como todos los años, se ha celebrado “El Día Mundial del Agua” con el objetivo de concienciar a todos sobre la necesidad de hacer un uso más responsable de este recurso, tan escaso en determinadas zonas del planeta.

Cabe destacar que, en la actualidad, según datos de “EL Confidencial” más de 663 millones de personas no tienen acceso al agua potable en las proximidades de su hogar. ¡Tremendo! La falta de acceso al agua potable afecta al 12% de la población mundial. Las enfermedades relacionadas con el agua y la falta de acceso a agua potable provocan 3,5 millones de muertes cada año en el mundo. 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua potable que está contaminada con materia fecal, lo que ocasiona la muerte de millones de personas en el planeta.

Además cada día mueren 4.500 niños por falta de acceso al agua limpia. Estos son datos escalofriantes. Otros datos: Nueva Guinea cuenta con la menor disponibilidad, pues el 60% de la población no tiene acceso a agua potable, Madagascar el 48% y Afganistán el 45%. Son solo algunos ejemplos. Por ello el Consejo Mundial del Agua WWC insiste: "Sin agua: no hay vida, ni alimentos ni desarrollo”; y sin agua: ni los países ni las sociedades pueden desarrollarse económica, cultural, social o políticamente.