Los responsables municipales y judiciales, parece ser, que no dan con la clave para solucionar el calvario que sufren, cada vez más ciudadanos, con la incómoda y excesiva contaminación acústica que sufren en sus calles; y por cierto, en sus horas más intempestivas. Y claro, es que la solución depende directamente de ¿cómo se aplican las leyes y las normas al respecto? Pero craso error, con la batuta de los que no tienen que aguantar ‘el concierto’. Y progresivamente estos directores de orquesta, van desafinando el oído hasta perderlo. Estos ruidos o escándalos indómitos, en las zonas específicas que todos sabemos, vienen a ser como cualquier tipo de virus ambiental, que prospera si no se encuentra el tratamiento o la vacuna oportuna; y luego viene la pandemia. Les pedimos, por favor, que escuchen más de cerca este tipo de conciertos; y afinen sus oídos, como en cualquier orquesta responsable, para que en las calles, y a ciertas horas, se escuche otro tipo de música, más acorde a la que los ciudadanos se merecen.