Se nos ha ido Isabel Escudero, poetisa extremeña que bebió de las tradiciones más populares, y en sus versos, supo darles vida.

Criada en el pueblo de La Serena, hija de maestros, desde temprano dio muestras de inteligencia y sensibilidad en los juegos de ritmo a que se presta el castellano. También ella se hizo profesora en la UNED, y fue una de las directoras de la revista Archipiélago, pero su corazón no se alejó nunca, de la verdadera poesía.

En las tertulias políticas contra La Realidad, que tienen lugar en el Ateneo de Madrid; su voz sonaba trayendo, desde sentencias del viejo Heráclito hasta versos de Machado, y creando discordia con buenas razones, no fuera el público a quedarse conforme con la servidumbre a una idea recibida, o a marchar pensando que la lección del día estaba aprendida.

Entusiasta del cine, escribió ensayos interpretando con sutileza el papel del llanto, del miedo o de la mujer. Y siempre de manera crítica, se acercó con la mayor profundidad conocida, a los temas más recurrentes de nuestros días. Así, fue una mujer fina y sagaz en el desvelamiento de las contradicciones reinantes en los debates en torno al Feminismo, el Poder, o la Cultura. Esta poetisa es, además, protagonista de un bello poema de amor, Bebela, escrito por el indomable, Agustín García Calvo. En guerra abierta contra la escritura, Isabel Escudero primó sobre todo, la importancia de la prosodia en la construcción del verso y el respeto al oído en el curso de la memoria, haciendo revivir en esta lucha; los ritmos sonoros a la par que la inteligencia del pensamiento. Por eso, merece la pena prestar oídos a la sabiduría de una excelente recitadora, arte en el cuál desplegaba todo su encanto y destreza, y a la concisión y mordacidad de sus poesías y acertijos, que penetran como alfileres, tal y como reza el nombre de una de sus últimas obras. Pero sobre todo, merece la pena aprender de la humildad con la que ha sabido abandonar el mundo pedante de los adultos para cantar como los niños, y ser una maestra cercana, cuya voz ha quedado recogida en innumerables versos y coplas; obra cuyo peso seguramente pase desapercibido en las grandes bibliotecas, pero que será honrada por la mayor de las coronas: la de pervivir de voz en voz por la memoria del pueblo.

Obras recomendadas:

• Coser y cantar (1984). Editora Nacional; ediciones posteriores en Lucina.

• Digo yo. Ensayos y cavilaciones (1997), Ediciones Huerga y Fierro.

• Cancionero didáctico: Cántame y cuéntame (1998), UNED y Ediciones de la Torre.

• Contra el hombre —colaboración con Agustín García Calvo— (1998), Fundación de Estudios Libertarios Anselmo de Lorenzo.

• ¿Quién dice no?: en torno a la anarquía. Las mujeres y el Dinero — (1999), Fundación de Estudios Libertarios Anselmo de Lorenzo.

• Cifra y aroma (2002y 2008), Hiperión Poesía. • Fiat umbra (2008), Pre-Textos.

• Gorrión, migajas... (2008), Pre-Textos. • Nunca se sabe (2010), Pre-Textos.

• Alfileres. Coplas Libertarias. (2015) Ediciones La Cotali, La Carbonería de Sevilla.