En la carretera EX-112, entre las ciudades de Jerez de los Caballeros y Zafra, muy próximo al antiguo poblado de colonización llamado Brovales, de no más de 250 habitantes, dependiente de la primera y a unos 10 kilómetros de la misma, se encuentra un antiguo y pequeño puente romano llamado El Pontón como otros muchos de nuestra geografía nacional, con la misma denominación. Está enclavado y atraviesa el arroyo del mismo nombre que la citada hoy llamada pedanía, y un kilómetro aproximadamente en dirección a la ciudad templaria y de las cuatro torres. En la fotografía está muy clara su situación actual, la cual increíblemente se mantiene imagino cada día peor, desde hace muchos años. Es un verdadero milagro que no se haya derrumbado ya su estrecha y original parte central superviviente. El mismo me trae siempre muchos y entrañables recuerdos de mi niñez, cuando yo era alumno de una escuela, hace más de 30 años, cuyo profesor o mejor maestro en esos años, era el ya ilustre en nuestra ciudad de Jerez, don Casimiro González Conejo. Historiador con publicaciones de varios libros y muchos años cronista oficial de la misma. Y no por otro motivo porque entonces era muy popular en la televisión de los sábados por la mañana, donde daban información y emitían reportajes de los grupos llamados de Misión Rescate dedicados a estos temas y al cual pertenecía dicha escuela, basta la gran pasión de Don Casimiro por la historia.Y por ello fueron muchas veces las que nos desplazamos al mismo por su valor, hacer la visita correspondiente e investigar y sobre todo arreglar en lo que pudiéramos su ya entonces deteriorado aspecto. Y basta a todo ello incluso un sábado fuimos protagonista del mismo con esta y otras cuestiones relacionadas con monumentos y otros descubrimientos históricos de nuestro entorno jerezano. Se ha hablado y leído mucho que el mismo se iba a restaurar, lo cual hoy dudo se pueda hacer por su lamentable situación, por lo menos en lo original de la obra. Pero espero por lo menos que de alguna forma sea posible recuperar esta pequeña, pero joya de nuestro pasado, verdadera huella o vestigio del paso de los romanos por nuestra tierra.