Cuando pasamos la glorieta de la Ronda Norte del Casar con dirección a la del V Centenario comenzó a llover tan fuerte que no podíamos ver nada. Los coches comenzaron a parar y el viento que nos azotaba desde la izquierda ladeaba el coche y nos arrastraba hacia la mediana, nos golpeaban ramas de árboles y barro, pero ahí comenzó lo peor. Empezó a llover los granizos que golpeaba el coche tan fuerte que no nos dejaba ni escucharnos a nosotros mismos. Intentábamos llegar por lo menos al aparcamiento del Carrefour, pero estábamos demasiado lejos y esto no paraba. Los coches paraban en los puentes aunque cortaran la carretera, si pitabas ni siquiera funcionaba el claxon. fue horroroso. Cuando llegamos a la altura de Carrefour, vimos que cesaba el granizo y decidimos tirar hacia adelante a ver si llegábamos a casa, pero fue cuando nos encontramos las carreteras inundadas, los troncos de los árboles, los contenedores, cuando avanzábamos una de las olas subió hasta casi la luna, atravesando todo el capó, y pensábamos que encima nos quedabamos tirados con el coche, fue horroroso. Cuando por fin llegamos a casa, cesó todo. Menos mal que no tenemos que lamentar daños en casa ni en el garaje, únicamente los chichones del coche. Lo consideraremos heridas de guerra.