Al señor Ávila no le gustan los árbolesEl pasado martes 30 de marzo asistí sorprendido como unos operarios del Ayuntamiento de Badajoz estaban procediendo a la poda de unos olmos situados en la plaza de la Puerta del Pilar. Mi sorpresa era debida a la fecha elegida para semejante tratamiento, pues de todos es sabido que en esta época, actuar de semejante manera solo puede conducir a una muerte casi segura del árbol. No es que estuviesen cortando alguna rama que peligrosamente pudiese ocasionar algún trastorno, o que molestase a algún edificio, pues está vallada toda la calle Antonio Montero Moreno, para seguir con la misma actuación en todos los árboles. El señor Ávila, concejal de Parques y Jardines de Badajoz, ha tenido todo el invierno para proceder a esta poda, pero ha elegido este momento, y con toda probabilidad luego alguno de los olmos, lustrosos y sanos, serán sustituidos por otros raquíticos plantones de algún vivero, para alegría del empresario, a costa del erario público. Mi sorpresa del principio pronto solo quedó en enojo, pues fui consciente que es la línea de actuación de este arboricida urbano, hay que recordar su actuación sobre los plátanos de San Francisco, mutilados, bajo el pretexto de ser refugio de cagones terroristas, los gorriones que se posaban en sus ramas, buscando refugio nocturno en invierno, sabiendo, o al menos debiendo saber este responsable de jardines, que podía haber cubierto los árboles con redes que para esta situación se venden y se usan en frutales u olivos.