En una de mis numerosas participaciones en el tradicional y decano a nivel nacional concurso de pesca, en concreto de tencas, de la charca de La Albuera, de la mi ciudad templaria, sobre todo conocida por sus esbeltas y altas torres, Jerez de los Caballeros, con cerca de 300 ediciones anuales y único permitido basta lo comentado, que se celebra durante la noche. Un año no se pescó prácticamente nada por muy diferentes motivos, por ello las cañas se movieron muy poco, pero en mi caso estuve bastante entretenido con una de ellas, se utilizan dos como máximo, y todo por una simpática amiga pequeña y verdosa fuerte. Las pocas veces que las toque para cambiar el bocado o algo parecido, llevaba consigo la consecuente molestia como es normal, pero al instante, una vez colocada dicha caña en el correspondiente cañero, otra vez encima de ella, como he dicho al ser nocturno le atraían parece ser los focos, linternas, etcétera, que se utilizan, no es un concurso con cañas de carrete. No hablo que de otro simpático animalillo que la llamada "Ranita de San Antonio", (Hyla arbórea), que por estos lares y precisamente por dicha charca, se le conoce como de San Antón, por la proximidad de una ermita. Especie que es difícil que llegue a los 6 centímetros de longitud, y se encuentra presente aunque ya de forma muy amenazada en el centro y sur de Europa. Por lo general de color verde brillante, con bandas negras en el costado, pero llegando hasta el color negro, adaptando su color si pasa mucho tiempo en un lugar determinado al de su entorno, todo para un buen camuflaje de defensa, dado que durante el día se refugia en hojas bajas de las charcas que frecuenta, como carrizales, juncos y vegetación densa. Aunque muy pequeñas son muy longevas, llegan a más de 6 años, así como su madurez sexual es muy tardía, 3 años, con más de 1.000 huevos. Muy territoriales, y sobre todo llaman la atención por formar donde frecuentan, un verdadero orfeón ruidoso al llegar la primavera, todo debido a su gran y potente saco bucal. Es muy parecida a la llamada meridional, con muchas similitudes en su comportamiento y forma de vida. Lo lamentable de todo esto no es otro resumen que estas especies tan débiles en un sentido medioambiental, y su descenso tan drástico de sus poblaciones significa que desde luego algo no funciona bien, para un seguro perjuicio de todos. (*) El autor es Naturalista y pescador