Mala vida la de muchos osos, cuando tenemos conocimiento de algunas prácticas con los mismos, las cuales no tienen otras palabras que lamentables y aberrantes. Como también que no son los únicos seres vivos no llamados racionales, tema discutible en muchos casos, que padecen sus crueldades. No hablo de la situación poblacional de algunas de sus especies, que son preocupantes por diferentes motivos, pero de ello no se trata. Solo me estoy refiriendo a prácticas con los mismos, desde, parece ser, cazas ilegales con ejemplares antes de ser abatidos con la supuesta ignorancia de los grandes y pudientes clientes, siendo emborrachados para su fácil disparo. No hablo ni mucho menos de su caza legal, en algunos lugares donde su población es abundante y necesita un control sobre todo por sus daños a la ganadería y agricultura, hablo de su captura para peleas de perros en algunos países, siguiendo por hembras matadas para obtener a sus cachorros, que puedan servir por ejemplo para espectáculos, en los cuales para su mejor manejo y falta de peligro, ya se han preocupado de hasta arrancarles la dentadura y sus garras y uñas, una auténtica atrocidad, lo cual por otro lado hace imposible su recuperación al medio natural. Y por último, como iban a faltar los países asiáticos y orientales, como en otros muchos casos de este tipo, primero porque aprecian su carne, discutible, precisamente la misma no está al alcance de cualquiera, pero lo que es peor, esa en muchos casos mal llamada "medicina" tradicional, con extrañas y estrambóticas aplicaciones. Les pongo solo un ejemplo, son estas llamadas granjas de osos, sobre todo existentes en China. En estos siniestros lugares los pobres osos capturados o criados desde pequeños, se encuentran en diminutas jaulas de poco más centímetros que los de su propio tamaño. Allí se les introduce una sonda directa a la vesícula, donde por la misma se le extrae la bilis que produce, durante las 24 horas de cada día, todo un autentico tormento para estos seres vivos, y todo con destino a lo comentado. Para que decir más, cualquier persona con un mínimo de sensibilidad lo podrá entender. ¿Digo yo? Y por favor no hagamos la conocida demagogia de siempre entre personas y animales, una cosa no tiene nada que ver con la otra. (*) El autor es naturalista