Unos 2.000 millones de personas de los países en desarrollo no reciben el tratamiento médico que requieren, por culpa, principalmente, del elevado coste de las medicinas. La carencia de fármacos hace que 11 millones de niños mueran cada año por enfermedades curables, denunció recientemente Intermón Oxfam.

Esta ONG hizo público un informe en el que reclama a las multinacionales farmacéuticas que inviertan más en los países pobres y ofrezcan sus productos a precios más bajos. Les pide también que se comprometan a respetar las normas éticas en los ensayos clínicos y que se permita más flexibilidad en las leyes que rigen la protección de las patentes. Ahora, la Organización Mundial del Comercio permite retenerlas durante 20 años.