La Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE) es la entidad que regula estos espacios de excelencia empresarial, cuenta con 27 socios en doce comunidades autónomas. Extremadura es una de las cinco regiones que aún no tienen un espacio de estas características junto con Canarias, Murcia, Navarra y La Rioja. Antes de adquirir el rango de socios los parques pueden figurar como asociados durante su planificación, una condición temporal durante un máximo de tres años.

La definición que desde APTE se hace de parque científico es la de una entidad que mantiene relaciones formales y operativas con las universidades, centros de investigación y otras instituciones de educación superior. También refleja que está diseñado para alentar la formación y el crecimiento de empresas basadas en el conocimiento y de otras organizaciones de alto valor añadido pertenecientes al sector terciario, normalmente residentes en el propio parque. También establece que cuentan con un organismo estable de gestión que impulsa la transferencia de tecnología y fomenta la innovación entre las empresas y organizaciones usuarias del parque.

El director general de Innovación de la Junta de Extremadura, Jesús Alonso, considera que con el Plan Nacional 2008-2011 el número de socios que conforman este colectivo podrían multiplicarse hasta alcanzar el centenar. "En Extremadura podríamos contar perfectamente con un parque científico y tecnológico --ligado a la Universidad de Extremadura-- y otro parque tecnológico dentro de la APTE", asegura.

Esta asociación, desde sus inicios en el año 1989, trabaja en pro de la difusión de la figura de los parques científicos y tecnológicos.