Andrew Taylor llegó un día al convencimiento de que la maldad, el crimen, tiene orígenes lejanos, historias secretas que nada justifican pero que pueden explicar ciertos comportamientos humanos. Este razonamiento le llevó a escribir una novela para profundizar en la violencia como si de un trabajo arqueológico se tratara, pero al afrontar esa prospección narrativa comprobó que un único libro no era suficiente. Así nació la Trilogía Roth , cuyo primer título, Las cuatro últimas cosas , acaba de presentar.

Taylor (Stevenage, 1951) ha escrito novelas juveniles y policiacas, colabora en prensa y ejerció trabajos diversos hasta que el éxito de sus libros le permitió dedicarse a la creación literaria. Uno de sus últimos libros, Un crimen imperdonable --publicado en España por Edhasa--, ha vendido más de 300.000 ejemplares en Gran Bretaña en apenas un año y se ha traducido ya a media docena de idiomas. Autor de moda, Taylor viajó a Barcelona invitado por el Instituto Británico, con cuyos alumnos comentó su obra.

Las cuatro últimas cosas tiene dos personajes principales, un matrimonio formado por un sargento de la policía metropolitana y una mujer que oficia de diácono, cuya hija, de 4 años, es secuestrada por pedófilos. La identidad del culpable se conoce en las primeras páginas del libro, se hace llamar Angel, es una mujer hermosa que hace alarde de ello, un personaje que, según explicó Taylor, intenta rebatir a Leon Tolstoi, quien afirmó que la belleza física tiene un equivalente en la belleza moral.