"Necesito explicar sentimientos y emociones, y algunos animales, como los tigres, son perfectos para ello". Jean-Jacques Annaud (Francia, 1943) impactó a los espectadores en 1988 con El oso , y mientras preparaba ese filme quedó cautivado por la mirada de los tigres. A ellos ha recurrido ahora para rodar Dos hermanos , ambientada en la Indochina colonial, una historia de amor y miedo, un canto a la naturaleza y una crítica al ser humano.

En los 16 años transcurridos desde El oso , Annaud ha rodado desde la adaptación cinematográfica de El amante a la bélica Enemigo a las puertas , pasando por la mística Siete días en el Tíbet . Pero reconoce que le tira más la naturaleza. "Prefiero rodar cosas inesperadas", apunta.

Nacidos en el corazón de la selva del sureste asiático, rodeados de vegetación, Koumal y Sangha, que así se llaman los tigres protagonistas, aprenden a cazar, a defenderse y a relacionarse con el entorno vigilados por sus progenitores. La llegada del hombre cazador separa a los dos hermanos --tímido uno y atrevido el otro--, que corren distinta suerte --de juguete de un niño a atracción de feria-- para volver a encontrarse, y reconocerse, en cautividad.