Por qué los cutrefamosos se forran y algunos actores se mueren de hambre? Esta es la injusticia que amarga a Pablo Thevenet, un actor en horas bajas, personaje principal de Rojo sangre .

Trastornado, Thevenet tira por la calle de enmedio y opta por cargárselos a todos. Para ello, se transforma en villanos legendarios como Jack el Destripador o Iván el Terrible. Poco después, un extraño trío le propone una colaboración diabólica.

Paul Naschy encarna a Thevenet en este filme de terror gótico que ha dirigido Christian Molina. El guión es del propio Naschy, quien bromeó en la presentación sobre el origen de la historia: "Era una idea para una novela que escribí una noche después de fumar una pipa de kif o tomar un ácido lisérgico, pero hablé de cosas reales como la vida misma".

El actor aseguró que el diablo puede ser "un director o productor de cine que muchos conocemos" y señaló que Rojo sangre es una "película necesaria". Convencido de que el cine de género es el que da dinero, ha montado la productora Canónigo Films y su intención es compartir el mercado con la Fantastic Factory de Julio Fernández.

EL REPARTO

La película es la primera que dirige Christian Molina. El joven realizador explicó que se propuso hacer "un ejercicio estético al hilar las escenas con efectos especiales". El resultado es similar al de las viñetas de cómic. Junto a Naschy, cuyo nombre real es Jacinto Molina, actúan Miguel del Arco, Bibiana Fernández, Menh-Wai, Guillermo Montesinos y José Lifante.

Naschy arremetió en la presentación contra "el submundo del espectáculo, la subcultura y los personajes de la televisión. La envoltura fantástica de la película es un pretexto para presentar esa venta de almas", aclaró este actor, que definió como "cruel" que "una chica se haga famosa por hablar de con quién se ha acostado".

"Creo que hay que hacer una labor de limpieza de toda esa gente que cobra 7 millones por sentarse en una mesa durante 15 minutos y hablar de su vida sexual, y quién mejor que el diablo como socio", prosiguió Naschy, quien quiso dejar claro que Rojo sangre no es un ajuste de cuentas, sino que con esta historia pretendía mostrar cosas que suceden a diario. "El negocio es el negocio, pero no tanto", matizó Naschy.