Gigantesco, ambicioso, original. cualquiera de estos tres epítetos valdría para calificar esta ensayo que, partiendo del siglo XVIII, cuando el zar Pedro I el Grande asentó als bases del estado moderno, y arribando a la era del estancamiento soviético con Leonid Brezhenev, inventaría un sólido patrimonio cultural: por sus páginas desfilan desde los personajes den anton Chejov hasta la brillante paleta de Kasimir Malevich. Profesor de Historia Rusa, el británico Orlando Figes pretende trenzar los hilos invisibles que han tejido y anudado la conciencia nacional rusa a lo largo de los siglos. Figes ayuda a concretar en esta obra, el elusivo concepto del alma rusa.