El nombre de Bolonia, la universidad más antigua de Europa, es actualmente un término controvertido y confuso, sobre todo a raíz del llamado movimiento anti-Bolonia iniciado recientemente en algunas universidades españolas, a pesar de que la Declaración de Bolonia, suscrita en 1999 por 29 países, entre ellos España, y posteriormente refrendada por otros 17, ha supuesto la reforma de mayor calado que la universidad ha experimentado en mucho tiempo. Reforma sin duda llena de ventajas, oportunidades y expectativas. Bolonia creó el EEES (Espacio Europeo de Educación Superior), y falta poco más de un año (2010) para que entre en vigor y todas las carreras queden adaptadas al mismo. La Universidad de Extremadura se ha anticipado y lo iniciará a partir del curso 2009-2010.

A fecha de hoy, el Consejo de Universidades, a través de la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), ha tramitado cerca de 800 planes de estudios de grado, entre ellos 47 de la Uex, de los que ya ha aprobado 163, y un total de 33 universidades de las 77 públicas y 27 privadas existentes en nuestro país, distribuidas en 228 campus, imparten ya las enseñanzas según el modelo Bolonia. La ANECA se propone revisar todos los títulos cada 6 años.

La reforma se articula en tres aspectos básicos: facilitar la movilidad estudiantil y laboral, estructurar los planes de estudio en tres niveles: grado, master y doctorado, y cuantificarlos mediante los llamados créditos europeos (ECTS).

Los Títulos de Grado, de duración mínima de 3 años, sustituyen a las Diplomaturas y Licenciaturas. En España, tendrán una duración de 4 años, con carga lectiva de 240 créditos europeos; concluirán con un trabajo fin de carrera, proporcionarán una formación general y permitirán acceder al Máster y Doctorado. El Grado de Medicina al tener una directiva europea específica, y ser titulación de 6 años (360 créditos ECTS), al igual que los Grados de Arquitectura, Farmacia y Veterinaria, de 5 años (300 créditos ECTS), son excepciones a esta regla. Todos los planes de estudio de los grados incluirán 60 créditos básicos en el primer año, lo que permitirá la movilidad entre carreras.

Los Títulos de Master, una novedad en nuestro país, proporcionan una formación más especializada. Tendrán una duración entre 1 a 2 años (60 a 120 créditos ECTS), con lo que la relación grado/master será de 4:1 en nuestro país, y 3:2 en el resto de Europa, 5 años en total en ambos casos. Se ratificarán con la defensa pública de un trabajo.

El tercer y máximo nivel de formación seguirá siendo el Título de Doctor y su contenido se basará fundamentalmente en un proyecto de investigación. El grado de Medicina, al ser titulación de 6 años, permitirá el acceso directo al Doctorado sin necesitar previamente un Máster. El Título de Doctor sigue siendo imprescindible para llegar a ser profesor universitario numerario.

El EEES creó también el llamado Crédito europeo o ECTS (Sistema de Transferencia de Créditos Europeos) para cuantificar y valorar el esfuerzo real del estudiante. De 25 a 30 horas de duración (en la Uex de 25 horas), es la moneda única para todo el continente, que cuantifica el trabajo docente y discente del estudiante, es decir su "carga de trabajo". Cada año no se podrán cursar más de 60 créditos. Cada crédito ECTS abarca no solo el tiempo de trabajo en las aulas, seminarios o laboratorios, sino también las horas de trabajo no presencial. El sistema crea mecanismos de garantía de calidad que acrediten las materias superadas, de forma que quede claro al final lo que el estudiante "sabe, comprende o sabe hacer".

Además, el Suplemento Europeo al Título (DS o Diploma Supplement ), es un documento anexo que acompaña al título durante toda la formación académica, a modo de radiografía profesional del estudiante. Es único para toda Europa y explica en al menos dos idiomas, en qué han consistido los estudios realizados.

CLAVES DE FUTURO

El proceso Bolonia centra la docencia en el aprendizaje del alumno, al que debe proporcionar todos los medios materiales y humanos necesarios. En este sistema, el aula no es el único espacio válido para la enseñanza, debiendo crearse nuevos espacios donde los alumnos y profesores puedan trabajar. Implica más al alumno, aporta más realismo al contenido de las materias y en definitiva mejora notablemente su formación, al permitirle adquirir una serie de competencias concretadas en conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes necesarias para afrontar con garantías la práctica profesional (...)

El EEES homologa todos los títulos de la UE y permite la movilidad por toda Europa de alumnos, profesores y PAS, mediante el programa Erasmus-Sócrates, al tiempo que facilita la inserción laboral al término de los estudios. Pretende que los estudiantes alcancen la excelencia en las grandes parcelas del saber, demostrando afán de superación, espíritu crítico, elevada formación en valores y amplios conocimientos de al menos otro idioma diferente al materno.

Bolonia responde en realidad a los retos de un mundo cada vez más globalizado y España no podía quedar al margen, al jugarse el futuro de las próximas generaciones. A los 10 años de la firma de la declaración es un proceso que se antoja irreversible. Incrementa la competitividad entre las universidades, pretende mejorar la calidad de su oferta docente e investigadora, haciendo a la institución más accesible, con mayor autonomía y nuevos perfiles profesionales adaptados a la sociedad actual y con una gran dimensión social, ya que se espera pueda facilitar el acceso a los estudios superiores a más personas.

Como se sabe, ha surgido en los últimos meses en diversas universidades españolas un movimiento estudiantil anti-Bolonia, cada vez de forma más intensa y organizada, a veces incluso con violencia y extendido a la enseñanza secundaria, que ha sembrado la inquietud y preocupación no solo entre los futuros universitarios, sino también entre sus familias, el propio profesorado y los responsables de las universidades.

Bolonia suscitó numerosas críticas desde su inicio, pero puede asegurarse que en la actualidad, la percepción de los estudiantes sobre el EEES es mayoritariamente positiva y es probable que las protestas estén protagonizadas por grupos minoritarios y heterogéneos, cuyas reivindicaciones no siempre tengan que ver con Bolonia. Puede que no se haya explicado adecuadamente el proceso y que la falta de información sea la causa fundamental del descontento.

¿Qué piden los estudiantes? Fundamentalmente que se detenga el proceso. No cuestionan el objetivo final de la reforma, sino la forma de llevarla a cabo en nuestro país y en qué condiciones: escasa financiación pública, reducido número de becas, elevadas tasas de matrícula, precio de los nuevos másteres, escasa financiación para el proyecto Erasmus, etc. Fundamentalmente temen que en el fondo, la reforma pretendería la "privatización de las universidades públicas" (...). Pero debe considerarse que aunque la Universidad se ha concebido siempre como el "templo del conocimiento", la propia evolución de la sociedad exige la "profesionalización de los estudios universitarios" y de hecho, si se les pregunta, la mayoría de los estudiantes aspiran a que durante sus estudios universitarios se les enseñe el conocimiento de una profesión. Bolonia pretende encontrar el equilibrio entre ambas orientaciones.

Para nosotros, la confusión actual y las protestas estudiantiles nacen al mezclar los supuestos defectos del modelo Bolonia con los problemas de su financiación. Construir la sociedad del conocimiento no es ni mucho menos gratis. Por su parte, el Ministerio de Ciencia e Innovación, del que depende actualmente la Universidad, niega deficiencias en la financiación, afirmando rotundamente que no se cuestionan las becas tradicionales, que incluso serán incrementadas en número y cuantía y que serán compatibles con los nuevos préstamos-renta (...) Resaltan que los masteres públicos, uno de los elementos más criticados, serán sustancialmente más económicos que los actuales privados, solo accesibles a los de mayor poder adquisitivo.

Por todo ello, el Ministerio deberá revisar la actual financiación universitaria pública, incrementarla en base a objetivos y proyectos y mejorar la política de becas, ayudas y préstamos a los estudiantes, así como la política de movilidad interinstitucional e internacional, mejorando sustancialmente el programa Erasmus.

En mi humilde opinión, Bolonia es algo positivo y necesario, es una oportunidad única que no se puede desaprovechar, y el debate debería centrarse en la convergencia europea, que exige un cambio sustancial.