Los universitarios de Cáceres tendrán un nuevo espacio justo en el momento en el que comienza el periodo de exámenes de febrero. Tras dos años y medio cerrada por obras, la biblioteca pública Antonio Rodríguez-Moñino/María Brey abrió el pasado 14 de enero de nuevo sus puertas para mostrar la profunda reforma acometida por el Ministerio de Cultura en este edificio, transformado en un espacio en el que la luz natural entra a través de grandes ventanales.

Y es que el antiguo edificio de la calle Alfonso IX, donde se han invertido 800.000 euros, apenas recuerda ahora al que se levantó en 1983 en un solar cedido por la diputación. "Sorprende por la luminosidad del espacio, más abierto y más transparente", aseguraba María Jesús Santiago, directora de la biblioteca, pendiente de los últimos retoques en unas instalaciones en las que se ha apostado por una redistribución de los servicios para hacerlas más cómodos y funcionales.

Con este objetivo, la planta baja ha quedado convertida en un espacio diáfano, separado por amplias cristaleras, donde se han ubicado la hemeroteca, ordenadores de uso público con acceso gratuito a internet, además de un salón de actos con capacidad para 110 personas y una sala multiusos. También es posible navegar con el portátil a través de tecnología Wi-fi en esta planta y en la primera, en la que están abiertas las áreas infantil y juvenil y de préstamo general. El segundo piso sirve para el área de consulta y referencia, la colección extremeña, información bibliográfica, zona de investigadores, préstamo general y oficinas.

Con más de 100.000 volúmenes y una media diaria de mil usuarios, la biblioteca también ha adaptado sus horarios a las del resto de la región. Abrirá todos los días, excepto festivos, de 9.30 a 13.30 horas y de 17 a 20. Los sábados y domingos, de 9 a 14 y de 17 a 21 horas. La sala infantil, salvo en vacaciones, lo hará de 17 a 20 horas.

Aunque el día de la inauguración el público no acudió en gran número a la reapertura de las instalaciones, los cambios eran visibles desde la calle. Algunos viandantes se detenían, sorprendidos, para observar cómo usuarios leían la prensa o trabajaban en ordenadores. El mobiliario, de colores más claros que el anterior, invita a disfrutar de los servicios.

Con casi 4.000 metros cuadrados útiles, el inmueble ha ganado espacio con la supresión de un patio y la reubicación de la climatización. También se ha dado mayor altura a los techos.