Las siete nominaciones ya predecían el éxito de Caché (Escondido ) en la larga noche de los premios del cine europeo. La inquietante película del realizador austriaco Michael Haneke se llevó el pasado 2 de diciembre en La Arena de Berlín cinco estatuillas, entre ellas las de mejor director, película, montaje, actor, además del reconocimiento de la crítica internacional.

Nikita Mijalkov, que suspira porque la ceremonia se celebre en Moscú dentro de tres años, provocó uno de los momentos más emotivos de la noche al entonar una canción tradicional rusa antes de dar el premio al mejor director a Haneke, que ya ganó en esta misma categoría la Palma de Cannes por este misterioso y aplaudido filme de abrupto desenlace. "Gracias de todo corazón", se limitó a decir Haneke, que dejó sin expectativas a Alex de la Iglesia, que ya intuía que se iría de vacío.

Algo que ni se le pasó por la cabeza a Susanne Bier, que con seis nominaciones por Hermanos no se levantó de la silla ni una sola vez. Tampoco a Wim Wenders, quien al menos consiguió la estatuilla a la mejor fotografía por Don´t come knocking . El director de París Texas definió a Europa como el continente de la originalidad "tanto en películas como en comida".

Daniel Auteuil se alzó como mejor actor por Caché , pero su compañera de reparto, Juliette Binoche, contra todo pronóstico, se quedó sin aplausos. Fue Julia Jentsch, la protagonista de Sophie scholl , que tanto triunfó en la Berlinale, quien obtuvo el reconocimiento a la mejor actriz por partida doble, ya que también ganó el galardón del público.

LAGRIMAS CONTENIDAS

La sala entera enloqueció cuando Sean Connery, con las lágrimas contenidas, subió a recoger el premio honorífico a toda una carrera. Aplausos, gritos y piropos acompañaron un discurso en el que citó varias veces a El nombre de la rosa . "Película, por cierto que en EEUU recaudó dos millones de dólares y en Europa, 60", recordó el actor escocés, en alusión a las dificultades que tiene el cine europeo para abrirse camino en otros mercados.

Connery sólo se levantó para aplaudir a Maurice Jarre, que recibió otro premio honorífico por su contribución al cine europeo. Connery se sentó al lado del alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, que iba acompañado de su novio. Muy cerca se encontraban las actrices Anna Galiena y Hanna Schygulla, que subió al escenario para rememorar a Fassbinder quien la consagró en El matrimonio de Eva Braun ; y Minu Barati, la joven y quinta esposa de Joschka Fischer, ministro de Asuntos Exteriores de Alemania.

Hotel Rwanda se llevó el Oscar europeo a la mejor banda sonora; Un dragon dans les eaux pures du caucase , al documental y Anklaget , del danés Jakob Thuesen, el de revelación, una de las que mejores críticas cosechó en el festival e Berlín. La gala finalizó con la elección de Varsovia como próxima anfitriona.