El Tevatrón, el superacelerador de partículas estadounidense, está convencido de que puede adelantar a su rival europeo, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) --en la foto--, en la búsqueda del bosón de Higgs, una partícula elemental catalogada a menudo como el Santo Grial de la física contemporánea o la ´partícula de Dios´. El Tevatrón es más viejo y menos potente, pero juega con el tiempo a su favor: mientras que la avería del LHC obligará a mantener la instalación parada hasta septiembre, como mínimo, su competidor sigue trabajando con resultados prometedores. El LHC es un anillo de 27 kilómetros de longitud y el de Chicago mide casi siete.