La historia de la humanidad no ha sido la principal inspiradora de los juegos de consola, pero a raíz de la película de Riddley Scott Gladiator el atractivo del Imperio romano ha provocado un aluvión de títulos que demostraban lo excitante y peligroso que resultaba ponerse en la piel de un gladiador romano.

Colosseum sigue esas premisas y añade nuevos elementos muy característicos de Koei, la editora japonesa a la que pertenece, como es el híbrido de rol y acción. Lo que hace tan atractivo a Colosseum es la identificación del jugador con su personaje, ya que permite una creación muy rica del gladiador que se desee. Para ello, usa técnicas heredadas de los primeros juegos de rol para ordenador, como es la definición básica del personaje principal mediante una serie de preguntas que el jugador debe contestar.

El argumento del juego es tan clásico como el periodo al que representa: un esclavo capturado en el norte de Africa demuestra su valía en los espectáculos de lucha entre las dunas del desierto. Allí es comprado por un patricio romano que se convertirá en su tutor y le llevará hasta el Coliseo, donde podrá comprar su libertad. Cuantas más victorias obtenga, con jugosas recompensas (si no se lo gasta en los típicos vicios romanos), antes será libre. Pero a la vez deberá mejorar su armamento y aprender nuevas técnicas de combate. La curva de dificultad está muy bien equilibrada, aunque es necesario asimilar los tutoriales pues hay algunos movimientos complejos. Los combates están correctamente representados, sin llegar a ser lo mejor del género, la lucha entre gladiadores es lo suficientemente creíble. Colosseum no es el mejor juego de la antigua Roma pero su espíritu de juego de rol y las amplias posibilidades de relaciones entre personajes engancharán tanto al usuario aficionado a la aventura como al amante de la acción. A.F.J.