La creciente preocupación por reforzar los sistemas de seguridad y convertirlos en una fuente fiable de información en los controles de acceso de personas está impulsando la aplicación de soluciones biométricas en la vida cotidiana.

Poco a poco, la huella dactilar está jubilando las tarjetas magnéticas a la hora de facilitar el acceso a oficinas, bancos, gimnasios o bibliotecas. A diferencia de sistemas basados en datos memorizados o en elementos físicos, la biometría permite la identificación de una persona mediante una característica fisiológica, tanto para accesos físicos (recintos) como lógicos (información guardada en soporte digital).

La amenaza terrorista tras los atentados del 11-S --ahora reproducidos en Madrid en el 11-M-- y la preocupación por la seguridad han disparado la inversión tecnológica en dispositivos biométricos.

La firma Xelios Hispano, por ejemplo, lleva 20 años en la instalación de soluciones biométricas en el campo militar, pero "desde hace dos años se han empezado a aplicar estas innovaciones en la vida cotidiana", explica Iván David Roca, presidente de Xelios. "No hay límites a la aplicación práctica de esta tecnología", dice.

GIMNASIOS, COCHES Y HOTELES

La cadena de gimnasios DiR, las oficinas de Port de Barcelona y dispositivos de pago mediante tarjeta de crédito (TPV) ya disponen de controles biométricos de identificación. Varios hoteles, además, lo están estudiando para sustituir el trajín de llaves en la recepción y nuevos modelos de coche, como el Audi A8, ya lo utilizan en el cierre centralizado.

En Barcelona existen precedentes significativos en la puesta en marcha de soluciones biométricas para los controles de acceso. Los 15.000 visitantes del festival Primavera Sound, celebrado en mayo del año pasado, se acreditaron mediante la huella dactilar cuando accedían al recinto. El sistema registró un total de 25.000 entradas y salidas de visitantes. Kim Sörensen, director de la compañía Cibiodac, que instaló el sistema, valora "el volumen de información estadística fiable que proporcionó la iniciativa, aportando datos concretos sobre las horas y días de mayor afluencia de público".

TRANSMISION INALAMBRICA

Al margen de la biometría, la preocupación por la seguridad ha motivado la aplicación de otras tecnologías en este campo. Por ejemplo, los protocolos de transmisión inalámbrica 802.11 (wi-fi) se utilizan para conectar sin cables cámaras de vídeo e instrumentos de detección, movimiento a centrales de alerta o dispositivos móviles para mejorar la movilidad y funcionalidad de estos aparatos.

De este modo y atendiendo a la necesidad de los ciudadanos de sentirse seguros, no es raro ver cómo técnicas de control propias del ámbito militar se vayan introduciendo poco a poco en numerosos aspectos de la vida cotidiana, según apuntan los especialistas.