Para garantizar la imparcialidad en la corrección de los problemas, así como aumentar la eficiencia y efectividad, la organización del concurso ha optado por utilizar un ordenador que ejerce de ´juez virtual´. Su funcionamiento está supervisado por jueces reales.

Los participantes deben resolver en cinco horas todos los problemas de programación posibles de los nueve que les son planteados. El ganador será el equipo que más supuestos resuelva y, en caso de empate, aquel que lo haya conseguido en menos tiempo.