El cine español acostumbra a tener cada año un par de películas que le dan prestigio o buenos dividendos. El 2006 se ha saldado con mejores resultados en los dos sentidos. Volver , El laberinto del fauno , Alatriste y Salvador , los cuatro títulos que han competido por el Goya a la mejor película, han funcionado bien comercialmente y, con matices, han concitado el beneplácito de buena parte de la crítica.

Lo más importante es que representan modelos de producción, estilos narrativos y elecciones temáticas completamente distintas: el melodrama, según Pedro Almodóvar; la mezcla de fantasía gótica y posguerra española, en el caso de Guillermo del Toro; la épica sucia y aventurera del novelesco Alatriste, en versión de Agustín Díaz Yanes, y la reconstrucción de la vida y muerte de Salvador Puig Antich, por parte de Manuel Huerga.

La variedad es siempre esencial para el buen funcionamiento de una cinematografía, y en los últimos años el cine español pecaba de ser excesivamente monotemático.

Puede que estas películas hayan acaparado toda la atención en un año que no ha sido para nada baldío en otras cosechas. Por ejemplo, el documental, o mejor dicho, la hibridación entre documento y ficción, pese a la nota triste proporcionada por la muerte de Joaquín Jordá, el director que más ha contribuido a revolucionar el género en los últimos tiempos.

Una de las mejores propuestas del cine español del 2006 ha sido La leyenda del tiempo , magnífica evocación de la figura de Camarón de la Isla realizada por Isaki Lacuesta. A su lado, Honor de cavallería , de Albert Serra, bendecida en el festival de Cannes, ha demostrado la vigencia de un cine alternativo, casi experimental, del que andan huérfanas otras cinematografías europeas.

Cesc Gay (Ficció ), Marc Recha (Dies d´agost ) y Javier Rebollo (Lo que sé de Lola ) han prolongado o iniciado, en el caso del tercero, un cine de autor de características bastante insobornables. También han abundado este año las primeras y segundas películas más que prometedoras, caso de Azuloscurocasinegro , de Daniel Sánchez Arévalo; La noche de los girasoles , de Jorge Sánchez Cabezudo; Cabeza de perro , de Santi Amodeo, y Vete de mí , de Víctor García León. Incluso Antonio Banderas ha vuelto a su casa, aunque El camino de los ingleses , su segunda tentativa como director, no esté entre lo mejor de un año que se fue con ciertas y renovadas expectativas.