Se ha venido hablando mucho de los consejos de juventud, de la participación juvenil y en definitiva del papel que juegan los jóvenes de hoy en esta sociedad. No quería dejar escapar la ocasión para reflexionar sobre varios puntos que me parecen de interés.

En primer lugar, el ser joven es una virtud por la cual hemos pasado todos. Es una época de la vida en la que sientes la vida cara a cara y la disfrutas sin complejos. Durante ese tiempo descubres muchas cosas y las interpretas a tu manera, y es de esa libre interpretación de donde salen las ideas innovadoras que han hecho que esta sociedad evolucione. A veces, las nuevas ideas asustan a quienes se creen en una situación de comodidad. Es, creo yo, el miedo a lo nuevo y lo desconocido lo que diferencia a los jóvenes del mundo adulto. Es, por otro lado, natural, puesto que quien tiene su vida atada de pies y manos tiene perfecto derecho a plantarse y decir: "¡Aquí me quedo! Basta de revoluciones". Sin embargo, los jóvenes de hoy vemos cada vez más crudo nuestro futuro. Nos llevan de cabeza a una sociedad en la que no compartimos en absoluto muchos de sus pilares básicos: competitividad, economía, soledad... En la sociedad que los jóvenes diseñamos para nuestro futuro hay otras normas de juego: cooperación, solidaridad, igualdad... y es por eso que buscamos amoldar el terreno de juego a nuestro gusto, ya que en el futuro seremos nosotros los únicos jugadores. El cambio siempre dio miedo y es ahí donde los jóvenes hemos sido siempre vetados, teniendo grandes dificultades para acceder a puestos de gran responsabilidad, aun cuando la preparación y la experiencia (que poco tiene que ver con la edad) estaban sobradamente acreditadas.

Es en esta línea en la que me parece importante hablar del papel que juegan los Consejos de Juventud. A mi entender son organismos que debieran defender ante las instituciones públicas el valor de los jóvenes como herramienta necesaria para que la maquinaria de la sociedad funcione(...).

También debemos ser conscientes, y ese es un error muy grave dentro de la propia organización interna de los consejos, de que el asociacionismo juvenil sólo representa al 5 o 10 por ciento de la población juvenil(...). No quisiera terminar esta reflexión sin hacer una valoración muy positiva de la salud de la que goza la juventud, nunca hubo tantas asociaciones como ahora y nunca hubo una generación mejor preparada.