La Palma de Oro de la 57 edición del Festival de Cannes tiene un innegable tono político. El documental de Michael Moore Fahrenheit 9/11 ha conseguido la mayor distinción del certamen y no precisamente por sus valores cinematográficos. El jurado presidido por el realizador estadounidense Quentin Tarantino ha premiado la despiadada bofetada que el autor de Bowling for Columbine propina a George Bush en su último largometraje. El galardón, que por primera vez recae en un documental, se une al de la crítica internacional (Fipresci).

"¿Qué habéis hecho?", dijo Moore mirando al jurado antes de dar las gracias por el premio. Visiblemente emocionado, el realizador reveló que ese día se había vendido esta película a Albania y agregó con una sonrisa irónica: "Todos los países podrán ver el documental, excepto uno". También expresó su deseo de que las muertes habidas en Irak no hayan sido en vano.

Dedicó el premio a su hija y "a todos los hijos de América que están en Irak y a los que sufren las acciones de Estados Unidos". Moore citó una frase de Abraham Lincoln, "un presidente republicano pero de otros tiempos", en la que afirmaba que si se dice la verdad al pueblo, el país está a salvo. Precisó que su intención de rodar Fahrenheit 9/11 ha sido la de que resplandezca la verdad. Poco después, Michael Moore declaró con ironía: "Le doy las gracias a los actores de mi documental George Bush, Dick Cheney, Paul Wolfowitz y Donald Rumsfeld".

POLITICA O CINE

La polémica está asegurada y las críticas han saltado entre los que sostienen que el premio responde a cuestiones políticas y los que ensalzan la calidad cinematográfica del documental.

Lo cierto es que hubo unanimidad en el jurado. Los nueve miembros capitaneados por Quentin Tarantino proclamaron que la concesión de la Palma de Oro a Fahrenheit 9/11 se debió exclusivamente a su calidad cinematográfica y no a motivaciones políticas.

El primero en manifestar su opinión fue el presidente del jurado. Tarantino aseguró que en la concesión de los premios no importaba nada, excepto la calidad cinematográfica. "Y todos hemos estado de acuerdo en que Farenheit 9/11 era el mejor de la competición. No hemos premiado a la política". A su lado, la actriz estadounidense Kathleen Turner dijo con contundencia: "Es un filme excepcional, un homenaje al cine. Lo que se dice en la película no aparece en la prensa norteamericana. Gracias a haber visto este documental tenemos el espíritu más abierto".

El realizador norteamericano Jerry Schatzberg expresó su preocupación por los problemas que tenía el filme premiado para ser distribuido en su país, pero precisó: "No le hemos dado la Palma de Oro para ayudarlo en este tema, sino porque a nuestro juicio era el mejor filme".

Por su parte, el crítico finlandés Peter Von Bagh destacó que los documentales acostumbran a ser menospreciados por los festivales de cine. Tras elogiar al criterio de selección de Cannes, aseguró: "Una película de ficción no puede representar la verdad del modo en que lo hace un documental". Para la actriz francesa Emmanuelle Béart, la película no es un filme antiamericano, sino que simplemente presenta un drama real.