El dicho del cerdo se aprovechan hasta los andares está a punto de ampliar su sentido. Dos estudiantes extremeños se acaban de embarcar en un proyecto por el cual quieren sacar beneficio de los desperdicios que producen estos animales y también las vacas o los pollos. Las estrictas leyes medioambientales obligan a los ganaderos a tratar los excrementos y los purines derivados del ganado, unos productos muy contaminantes que requieren un complejo tratamiento para minimizar su impacto sobre el entorno.

El estudiante de la Uex Javier Cuenca al que le faltan dos asignaturas para acabar Ciencias Ambientales, recibió el pasado 1 de octubre el segundo premio del certamen nacional para emprendedores de la Escuela de Negocios EOI. Su proyecto consiste en la construcción de plantas industriales en las que se trate este tipo de productos contaminantes, mediante un proceso por el cual se obtiene energía eléctrica. Le acompaña en la iniciativa Francisco Guzmán, que ya ha terminado Ingeniería Química.

El proceso que produce esta transformación está "copiado de la propia naturaleza", señala Cuenca, ya que se basa en la aplicación de bacterias "que se comen los contaminantes, y como son seres vivos generan gases, que nosotros empleamos para generar energía eléctrica". Lo más novedoso del sistema es que estos dos estudiantes han conseguido reducir los costes. Con su propuesta ya no sería necesario invertir millones de euros en la construcción de plantas depuradoras, sino que bastará con inversiones razonablemente económicas de 300.000 euros. La empresa que quieren montar estos jóvenes recogerá los purines directamente de las fincas para posteriormente tratarlos.

Al certamen también se presentaron la cacereña Ana Belén, con un proyecto sobre viviendas sostenibles, y los pacenses Zaira Isabel, un centro de asistencia a mayores y José Ramón Martínez, con un laboratorio de análisis de material radiactivo.