Un equipo de investigadores de la Universidad de Extremadura ha descubierto que el ejercicio físico que se realiza en el medio acuático es capaz de reducir a la mitad la sensación de dolor de los pacientes afectados de fibromialgia y mejorar notablemente su estado de ánimo.

Estas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado el equipo que dirige Narcís Gusi, de la facultad de Ciencias del Deporte, en colaboración con especialistas en función neuromuscular de la Universidad de Jyvaskyla (Finlandia).

Según explicó Gusi, el estudio, cuya tesis recibió la Mención Europea en diciembre del pasado año, les ha permitido comprobar que el ejercicio dentro del agua mejora la capacidad de los pacientes para realizar prácticas como subir las escaleras, hacer la cama o llevar las bolsas de la compra, todas ellas "muy difíciles" para los fibromiálgicos.

Los resultados del trabajo, publicados en el último número de la revista Artritis & Rheumatism, demuestran además que la fuerza muscular, la flexibilidad o el equilibrio de los enfermos que ejerciten sus músculos en el agua puede mejorar considerablemente, con lo que también ganarán en calidad de vida.

Hasta el momento los médicos sólo conocían las cualidades de los baños calientes y del ejercicio de "bajo impacto mecánico", en el que se incluyen los paseos, el yoga o el aerobic de baja intensidad, para calmar el dolor de los enfermos.

No obstante, el trabajo revela que el ejercicio continuado en el medio acuático no sólo apacigua la sensación de fatiga y dolor muscular generalizado, sino que mejora el estado de ánimo y la vitalidad de los fibromiálgicos.

EL ESTUDIO

Para hacer su investigación, Gusi y sus colegas trabajaron con 34 mujeres fibromiálgicas y las repartieron aleatoriamente en dos grupos, uno formado por pacientes encargadas del seguimiento de un programa de ejercicio físico en una piscina de agua caliente, y otro que no realizó ninguna terapia física.

Después de una serie de entrevistas y pruebas físicas, los investigadores comprobaron que las mujeres que hacían ejercicio en el agua habían experimentado "grandes mejoras" en los músculos extensores y flexores de las rodillas.

Además, algunas de ellas aseguraban que la terapia les había permitido dormir con profundidad por primera vez desde hacía mucho tiempo y había mejorado su estado de ánimo.

Gusi y su equipo se encargan en la actualidad de estudiar el coste y la efectividad de otras terapias destinadas a pacientes de fibromialgia, el segundo desorden reumatológico en España.